ESTADO DE REBELDÍA. Yeguada Latinoamericana

Performance de Cheril Linett

Ante el terrorismo, el autoritarismo y el Estado de excepción que personalizamos en una interpelación directa a Sebastián Piñera, nos declaramos hermanadas, desobedientes, en pie de guerra y resistentes. Re-existentes en el alzamiento del pueblo por su dignidad. Continuar leyendo

500 manifestantes frente al consulado chileno en Buenos Aires

Barricadas en Ñuñoa

por Pino Solano

El asedio masivo al consulado chileno en Buenos Aires fue la falopita que algunos canales de la tv argentina estaban necesitando, saturados ya de la campaña electoral cuyas votaciones serán este domingo. Despacharon en vivo una media hora, trataron de hacer alguna lectura pero bastante floja. El conductor Mauro Viale decía en vivo: “Estamos en Argentina, ¿que tenemos que ver con eso?, ¡no estamos en Chile! (…) que pesada esa piba (chilena) que quiere hablar, decile que este es un canal argentino, ¿qué tiene que ver ella?” Continuar leyendo

El Frente Amplio y la Revuelta. Génesis de un callejón sin salida.

Frente Amplio en Dia de la Mujer - https://twitter.com/elfrente_amplio/status/839620508580777984

por Pablo Contreras Kallens

Caso aparte es la insistencia en priorizar la reducción de la dieta parlamentaria en un contexto de revuelta desesperada por condiciones materiales humillantes. Aparte de revelar el radical ensimismamiento en el parlamento, para el Frente Amplio el “símbolo” de la reducción de la dieta parece estar en el mismo nivel que el aumento del sueldo mínimo. Este es el tipo de acciones que realiza un movimiento que ve la revuelta como un agente externo que le regala una oportunidad para llevar a cabo su propia política, y no como la proyección a la política de la revuelta, procurando que sus embistes se vean reflejados en victorias materiales en la dirección que reclaman. Termina, de nuevo y casi para su sorpresa, descubriéndose como parte –la parte progresista, pero parte al fin y al cabo— de la clase política. Continuar leyendo

Empezó el siglo en un octubre rojo: Notas sobre una revuelta antineoliberal

por Luis Thielemann H.

Esta revuelta también desafía la idea de la revuelta como último recurso, y la pone como la herramienta más a mano de un colectivo que se descubre a sí mismo como masa. Quien buscaba grupos que luchan solo cuando la pobreza los ahoga, y que asumen con seriedad y gravedad de burócrata de partido todo lo que hacen, que vaya a ver películas soviéticas. Quien busque desalmados individualistas que no les importa nada más que la venganza social enajenada, que vayan a leer el academicismo que siempre buscan categorizar el malestar activo de los de abajo como delito, enfermedad o descomposición social. Lo que hay es una clase trabajadora cabreada, pero también una que por fin encontró algo que hacer que la llene de vértigo real. Hay una alegría en los que luchan de por fin tener control, aunque sea por un rato, de sus vidas y de su ciudad. Quien busque la masa madre de cualquier estrategia de izquierda, ahí la encontrará. No luce como en los libros, pero nada lo hace. Continuar leyendo

Sobre el nuevo pueblo chileno: esperanzas y desafíos presentes

por Víctor Orellana

El enjambre de aparato que fue manoseado durante tantos años, el empleado público que militó en esos partidos pero que no le alcanzó para nada más que comprarse un buen grupón de tanto en tanto; ese sujeto está tan confundido como todos lo estamos. Se debate entre viejos mitos: entre pedir la renuncia a Piñera, como si esto no fuera también contra los demás, y en reponer la imagen de la protesta social de los 80′, como si estuviéramos en la lucha contra Pinochet. Hay muy poca capacidad para encarar la realidad, para ver de frente el descontento, y es lógico en cierta medida, porque la política durante todos estos años se construyó a espaldas de esa sociedad mercantilizada. Pero los mitos son malos consejeros, sean de izquierda o de derecha. No volverán los 80′, no volverá el Sí y el No. Continuar leyendo

El saqueo

por Nicolás Román

No a la condena moral del saqueo, no a su apología, ni tampoco a su pedagogía. Saqueo es la promesa del consumo sin límites en un stock de mercancías insostenible. Su condena es la reafirmación de la exclusión; moral enaltecida, ciudadanía recelosa, civilizatoria y excluyente. Finalmente, civilización del consumo, disciplinaria y correctiva. Continuar leyendo

Guerra, shock, destrucción. Brasil en el contexto del nuevo gobierno

por Jean Tible

Al final, ¿cómo llamar a un Estado cuyos agentes disparan a civiles desde un helicóptero o desde vehículos blindados como si fuera una práctica “normal” e incluso “correcta”? Una hipótesis para comprender la situación de Brasil es pensarla como parte de una guerra colonial cuyas escenas componen los frentes: fuerzas policiales y fuerzas armadas ocupando territorios y oprimiendo a sus poblaciones, en un registro similar a lo que sucede en Irak, Siria, Libia o Palestina en sus guerras coloniales de ocupación. Nada nuevo, por cierto, pues Brasil reposa sobre el genocidio de los pueblos amerindios y la esclavitud de los pueblos africanos, crímenes con los que nunca ha resuelto sus cuentas. Continuar leyendo

Estado de excepción

por Nicolás Román

“Esta protesta social, los caceroleos masivos, el colapso del transporte público en una jornada extendida de descontento y hastío reedita fuertemente una contestación, ya no parecida a 2011, sino que similar a los años ochenta y la respuesta vuelve a ese amargo recuerdo: los militares y su larga noche dictatorial. Ante la ausencia de política, ante la ausencia de una convocatoria de la sociedad civil para responder el problema del transporte, el gobierno acude a la fuerza militar. Esa es su política con la voluntad de cierre del escenario, pero el telón se rasga con la insubordinación general. Esta apertura es indeterminada ante la confusión de las fuerzas de izquierda, frente a la indolencia de una clase política en su peor versión en la administración de la jaula de hierro.” Continuar leyendo

Evasión en el metro ¡Es la lucha de clases, estúpido!

por Felipe Ramírez

Lo cierto es que a pesar de las molestias causadas durante estos días a los usuarios –puertas cerradas en los metros, estaciones clausuradas, presencia policial en las boleterías, trayectos más largos-, en la calle lo que más se puede ver es apoyo a los jóvenes. Esta aparente contradicción es sencilla: para la gran mayoría de quienes usamos el metro, las protestas no sólo son lógicas, sino legítimas. Continuar leyendo