por Juan P. Orrego
No obstante, los cálculos electorales con los cuales se justifica como una necesidad aglutinar a toda la oposición poco nos dice sobre las profundas transformaciones que ha experimentado la sociedad chilena en su relación con la política, y cómo dichos cambios influencian posibles resultados electorales. Los próximos procesos electorales son al mismo tiempo las elecciones con mayores grados de incertidumbre, al menos por dos razones: Primero, y quizás lo más relevante, es que cualquier predicción electoral en base a resultados pasados debe asumir, con cierto grado de certeza, un determinado nivel de participación electoral, la cual en el caso chileno ha venido sistemáticamente a la baja. No obstante, el efecto combinado de una profunda brecha entre política y sociedad larvada durante décadas, las secuelas del estallido social de octubre, el mal manejo del gobierno ante la crisis sanitaria y las expectativas derivadas del proceso constituyente, hacen imposible vaticinar cuánta gente participará en las próximas elecciones. Por un lado, observando las encuestas que han circulado en los últimos meses es esperable que la participación aumente en comparación a los comicios pasados, incluso considerando la tendencia de los encuestados a responder afirmativamente a la pregunta de si irán a votar o no. Por el otro, el peligro real a contagiarse al momento de concurrir a votar es un fuerte desincentivo a la participación en un contexto donde el gobierno no ofrece garantías. Continuar leyendo →