Calibrar la brújula

por Alondra Carrillo y Karina Nohales

El Rechazo, en última instancia, supo apuntalar su campaña en la defensa de la propiedad, de la familia y de la nación, que engloba un sentido general de lo que parecer ser todo lo que la gente tiene, cree tener o desea tener. Lo que se jugaba en la mentira de que el ahorro previsional sería expropiado no era un debate sobre el sistema de pensiones, sino un debate sobre la propiedad y la posibilidad de heredar a la familia el fruto del esfuerzo ahorrado. Lo que se jugaba en las mentiras sobre la vivienda que nunca sería propia era el deseo profundo de quienes no tienen casa propia de tenerla y de dejarla como el mayor legado a los hijos, a la familia en nombre de la cual se construye cada sacrificio diario. En un país con escasos sentidos de pertenencia a algo colectivo la nación porta un sentido de identidad, y en el caso de ciertas iglesias, especialmente las evangélicas, también lo hace la defensa de una cierta noción de la familia y del mandato patriarcal que le da forma. El 25 de octubre de 2019, miles que nunca habían marchado salieron a las calles sin más símbolos ni estandartes que la bandera chilena. Chile despertó, pero la plurinacionalidad fue mañosamente presentada como la disolución de aquella identidad. Continuar leyendo

Jóvenes de Chile, ¿uníos?

por Álvaro Cabrera

La verdad, con un amigo también somos muy cercanos en cuanto a ideología, y hemos pensado en militar […] pero yo creo que si bien lo hemos pensado, no estoy seguro de que lo haría, porque como te digo nunca he sido muy informado para las cosas, nunca he ido como al detalle máximo de todos los programas o de cómo ha sido la historia o gobiernos previos, entonces siento que tampoco tengo muy claro qué significa militar, porque me es algo muy extraño, muy tabú en la sociedad, pero yo creo que derechamente no sé si sería mi lugar […] como que no termina de ser algo muy fundamental para mí, para asegurar mi participación siempre, digamos. Continuar leyendo

Distinto resultado, mismo malestar

por Benjamín Infante

Se estima que para 2023, dos de cada tres personas consumirán más noticias falsas que verdaderas, por lo que el empedrado solo va a empeorar. Más que quejarse respecto al empedrado, la izquierda debe abocarse a enripiar y aplanar el camino para sobrevivir a este primer gobierno luego de la recuperación de la democracia. Si la izquierda chilena hoy en el gobierno, no busca articular un proceso de construcción de hegemonía a partir de la movilización social de masas que le permita dialogar con los valores conservadores enquistados en la “conciencia nacional” de nuestra comunidad política, es muy difícil que pueda conducir los destinos de ella hacia un horizonte de cambio radical al modelo. Continuar leyendo

El sentido de la Derrota como una disputa urgente

por Alexander Salin

Es imperativo que la izquierda, tanto en su expresiones políticas (Apruebo Dignidad, Igualdad, etc.) como sus expresiones sociales (movimientos sociales, sindicatos, sociedad civil), recuperen la iniciativa y que a partir de la necesaria autocritica puedan ofrecer una mirada que permita recuperar el sentido del proceso constituyente y marcar una hoja de ruta clara en el corto plazo. Para construir este sentido, la izquierda debe evitar posiciones reduccionistas que limitan campo de acción a una dimensión meramente institucional, pero también aquellas reducciones que plantean un repliegue hacia la movilización social. Ni el congreso ni la calle por si mismas nos van a permitir darle una salida progresista al conflicto social. Por el contrario, el éxito de las fuerzas transformadoras pasa necesariamente por la articulación de sectores movilizados que puedan incidir activamente en la discusión parlamentaria. Continuar leyendo

¿Qué pasó? ¿Por qué perdimos?

por Juan Pablo Vásquez Bustamante

Por lo pronto, es urgente para el amplio campo de la izquierda, incluyendo a la izquierda que está en el gobierno, construir política para esos sectores populares en el marco de la crisis que vivimos, construir política para la crisis de la política. Volcarse a la materialidad, y a partir de aquello en simultáneo ir disputando en el campo de la subjetividad, que siempre es más lento. Hemos tenido antes capacidad de activar valores, tenemos capacidad de volver a hacerlo. La desconexión con los sectores populares alimenta la fuerza de las fake news. Dicho de otro modo, es difícil que la verdad le gane a la mentira si está dicha en una lengua distinta de quien escucha, si en el fondo la digo para emocionarme yo mismo reforzando mi imaginario, y no para entenderme con el otro. Continuar leyendo

El trauma social de Chile: La impunidad, la incertidumbre, y las secuelas de la revuelta

por Nicolás Morales Sáez

No se puede decretar el fin de un proceso cuando estamos justamente cabalgando sobre un primer ciclo de movilizaciones populares que se ha iniciado tal como hace doscientos años se realizaron una serie de “ensayos constitucionales” en algo que la historiografía conservadora llamó “la Anarquía”. Hemos de recobrar el significado profundo de un pueblo que se moviliza, no desde la confrontación directa que nos llevaría a una guerra civil, sino desde la confluencia de los movimientos sociales que pugnan por la defensa de nuestros derechos, desde el feminismo que ha conquistado el derecho a voto de las mujeres en este suelo sólo hace 70 años y la protección de la representación política de los pueblos originarios que recién constatamos con este último proceso constituyente. A diferencia de lo ocurrido en los primeros años de la República, esta vez el pueblo no aceptará que por la vía de las armas se imponga el orden de Portales y del capital financiero. Si algo nos ha enseñado este proceso constituyente es la potencia de este “nuevo” Chile que busca alcanzar un alto estándar en protección de derechos, derechos que han sido conculcados en pos de un desarrollo económico que beneficia a la minoría de la población y que hasta ahora detenta el poder político. Continuar leyendo

La Casa de Windsor

por Tom Nairn (Traducción de Afshin Irani)

Confrontados por la apabullante popularidad de la monarquía, no es suficiente atorarse con indignación y desprecio, o consolarse a uno mismo con cuentos de uno o dos honestos haters de la Reina en un pub la noche de un domingo. Tales actitudes llevan, o al tipo de disgusto con la sinrazón popular—las masas que se dejan engañar por un espectáculo vacuo—, o a nociones románticas de un pueblo que realmente no se deja engañar por todo esto y permanece secretamente consensuado detrás de la fachada de la bandera británica. Ambas nociones son peligrosas para el socialismo. Es mucho más importante preguntarse cuáles son las razones históricas del carácter especial de la monarquía británica. Estas no pueden ser reducidas a consideraciones abstractas de ideología y clase. Es más, son estas mismas características las que nos deben ayudar a comprender las causas de la popularidad de esta institución. Continuar leyendo

El rechazo como significante vacío

por Claudio Aguayo B.

Sin base social, habiendo perdido una conexión inédita con los sectores populares expresada en el contundente triunfo sobre Kast, es de esperar que el viraje neoliberal se acentúe. Si el gradualismo creció bajo el espejismo de un pueblo concertacionista, el nuevo espejismo de una población de rotos conservadores y “fachos pobres” va a permitir una disputa, ya no hacia el centro, sino lisa y llanamente hacia la derecha. Ambos espejismos constituyen el producto de una profunda bancarrota teórica, y de una incapacidad para entender el funcionamiento de la ideología dominante. Continuar leyendo

Regreso a Reims: la clase obrera, la derecha y el plebiscito

por Nicolás Román

Morder la tierra de la derrota intensificó el amargo sabor del tiempo que desenterraba con esta victoria al bando de la dictadura. La amargura se sintió como un plomo que hizo naufragar nuestra línea de flotación. Una de las premisas del triunfo del rechazo y de la masiva participación popular se explica por las prédicas sobre el descontento y la disconformidad contra la política, el gobierno y la convención. El ímpetu de la disconformidad transversal sepultó con un martillazo una oportunidad histórica para destrabar la desigual correlación de fuerzas entre los sectores dominantes y las fuerzas de cambio.
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Después de la derrota y la rabia, viene el debate. ¿Qué fue lo que pasó?

por Felipe Ramírez

Junto con ello se necesita subsanar otra falencia relevante y es que la derrota electoral de este domingo demuestra que no existe una lectura concreta sobre el “sujeto” popular en nuestro país, al que aspiramos representar en nuestros partidos y gobierno, sobre sus condiciones de vida, su subjetividad, sus principales preocupaciones y por lo tanto, la forma como lo incorporamos a este –hoy inexistente– proyecto estratégico. ¿Basta con levantar demandas en torno a temas específicos, como salud, educación, vivienda, para ganar el apoyo del voto popular? Junto con ello ¿entendemos a esas capas medias que busca ser representado por Franco Parisi, el semi-fascista Gaspar Rivas y su “Partido de la Gente”, que rehúyen de la incertidumbre y que temen por la posibilidad de “surgir” a través de emprendimientos, sin importar lo precaria que sea su vida actualmente?  La dura evidencia indica que no, y requiere un ejercicio de reflexión, análisis y elaboración por parte de la izquierda. Ambos segmentos en sus franjas despolitizadas y que no habían participado en elecciones o en política durante los últimos años, parecieran haberse volcado masivamente a favor del Rechazo. Continuar leyendo