La parte negada y el descubrimiento de la política. Notas sobre el problema de la independencia en la coyuntura actual

por Luis Thielemann H.

Así llegamos al límite de la ciudadanía entendida como consumidora de representaciones: desde hace años que impone su protagonismo con fuego y caos, con masas y crisis, pues el sistema se resiste a que la política se produzca desde allí. Aunque todas las condiciones para la democracia están ahí, un muro enorme protege el principal bastión del orden neoliberal, a saber, la expulsión de las mayorías de la política. Eso es lo que se “descubre” el 25 de octubre pasado, que el problema político del bando popular no es de hacer visible la opinión de la  mayoría, sino que cómo hacerla efectiva, potente. Y la cultura de la transición no nos educó en otro rol que no fuese el de espectador, de comentarista, y en el mejor de los casos, el que indica los problemas con su protesta para que los políticos decidan su solución. El “apruebismo” de masas espera por un partido, como quien busca atención en un restaurante: se coloca en el lugar del que busca disfrutar lo que otros producen. Continuar leyendo

A propósito del 41 aniversario de la muerte de Nicos Poulantzas: su obra y notas para el presente

por Andrés Contreras

Pero se dirá ¿cómo se explica que Lavín, Longueira y Luksic sean estén a favor del apruebo? ¿es un mero engaño ideológico? Lo cierto es, aunque se crea que el Estado (el plebiscito o la eventual convención, por ejemplo) se puede agarrar, adueñársele o empuñar como si este fuese un martillo que aplasta a los contrincantes, al ser este es una relación de fuerzas se desvanece en los dedos de quienes intentan empuñarlo. Estos sectores no es que sean aliados o meros timadores, es una fracción de la clase dominante (porque no es una clase homogénea) entendiendo que el Estado es un campo estratégico que está en constante disputa, que la paz social que puede traer una nueva constitución es la normalidad que necesita el capitalismo criollo para su correcto funcionamiento. Continuar leyendo

De la incertidumbre a la acción ¡Que viva el 1° de Mayo!

por Felipe Ramírez

El principal problema para quienes enfrentamos la coyuntura desde el mundo del trabajo radica en que no es uno sino que son tres desafíos simultáneos los que tenemos enfrente: la crisis sanitaria -el riesgo de contagio-, la económica -desempleo masivo- y la política -el itinerario constitucional-, y con herramientas orgánicas extremadamente debilitadas: nuestros sindicatos cuentan con baja capacidad de influencia política y casi nula de movilización dado el contexto, y los partidos de la izquierda están totalmente volcados a lo institucional, por lo tanto, están restringidos a la capacidad de una oposición que en los hechos es minoritaria en el Congreso.
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El coronavirus como síntoma del capitalismo

por David Pavón-Cuellar

Estos enfermos habrán muerto de capitalismo y no tanto de coronavirus, al igual que tantos otros contagiados en países pobres africanos, asiáticos y latinoamericanos en los que las carencias médicas, infinitamente mayores, son también por causa del capitalismo y su lógica de saqueo, expoliación, comercio inequitativo, enriquecimiento de unas regiones a costa de otras, colonialismo y neocolonialismo, imperialismo y distribución desigual de la riqueza. El mismo capital hará que los contagios y las muertes por coronavirus se distribuyan desigualmente, injustamente, entre quienes pueden confinarse y quienes deben trabajar para sobrevivir, entre quienes van en automóvil y quienes deben usar el transporte público, entre quienes poseen amplios espacios para vivir y quienes viven hacinados en rincones estrechos e insalubres, entre quienes duermen en casa y quienes pasan la noche en la intemperie, entre quienes tienen y no tienen agua corriente, entre quienes están bien alimentados y quienes están desnutridos, entre quienes están sanos y quienes tienen alguna de las innumerables enfermedades ligadas con la pobreza, entre los que podrán y los que no podrán contar con atención médica, etc. Continuar leyendo

La muerte de Lucien Sève y su legado para el comunismo del siglo XXI

por Manuel Vega Z.

El capitalismo no colapsará por sí solo, todavía tiene la fuerza para llevarnos a la muerte a todos”, sentenció lúcidamente Lucien Sève como una inquietante invitación a la organización revolucionaria. La contundente afirmación de Sève es un posicionamiento dialéctico en contra de aquel mecanicismo de algunos marxistas que sostienen que el capitalismo caerá por sí solo, ahogándose en sus propias contradicciones, sin que ésto significara al mismo tiempo la barbarie social y ecológica. Al capitalismo hay que superarlo, práxica e intergeneracionalmente, en lugar de sentarnos a esperar su colapso que sería también el colapso de la humanidad como la conocemos. Continuar leyendo

Coronavirus: neo-ética del cuidado e ideología del capital

por Claudio Aguayo

Fotos de supermercados en comunas pobres de Chile, completamente vaciados, muestran que la ideología burguesa y su profunda fuerza medial como configuración simbólica del sujeto neoliberal, funcionan como una cadena significante interclasista. Ricos y pobres, todos acaparando por igual. La pulsión por acumular, tan propia del discurso capitalista, tiene sus peaks en estos momentos de asomo del trauma y de la angustia generalizada como ansiedad frente a una catástrofe. Continuar leyendo

El derecho frente a la revolución

por Manuel Vega Z.

“Lo anterior no quiere decir ni que la revolución vaya a ser ‘legal’ ni que el derecho moderno (la forma jurídica del capital) se convertirá alguna vez en ‘derecho socialista’. Pero si no tenemos una comprensión dialéctica de las relaciones sociales históricas, podemos creer dogmática y unilateralmente que todo en la modernidad es despreciable, e inventarnos románticamente pasados idílicos en donde no había siervos ni vasallos, en donde no había esclavos ni señores feudales, en donde no había reyes, ni patricios, ni plebeyos” Continuar leyendo

Imperio, veinte años ya

por Michael Hardt y Antonio Negri

Necesitamos mantener la concepción de multiplicidad: la dominación capitalista no es lo mismo que la dominación de género o raza, y una no puede subsumirse en la otra. En lugar de una reducción por semejanza, este argumento requiere una articulación entre las subjetividades en lucha. Esta es la razón por la cual clase —una clase multitudinaria— nos parece el concepto apropiado en lugar de coalición. Pero esta es una noción de clase que no solo se compone de una multiplicidad, fundada en formas de cooperación social y en lo común, sino que también se articula mediante lazos internos de solidaridad e intersección entre luchas, cada una de las cuales reconoce que las otras son “un capítulo de su propia historia social y política”. Ese es su modo de articulación, su modo de ensamblaje.
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