Gabriel Boric, la caída del ideal revoltista y el futuro de la izquierda

por Claudio Aguayo

Probablemente asumir la conducción de un trozo de Estado sea lo más inteligente. Pero no a costa de diezmar y suturar a la izquierda, clausurarla en el Estado. Esa práctica, tan cara a los últimos años de historia, pone entre paréntesis la lucha de clases. La evolución del patrón de acumulación chileno y los límites que impone. El hecho de que la explotación podría sentir la necesidad de intensificarse en un período crítico de la economía mundial—hiperinflación, crisis migratoria, etc. Y que la formulación institucional-política de la burguesía, la derecha chilena y sectores del centro, van a necesitar medidas de ajuste—como sucedió en Grecia con SYRIZA en 2016, una de las pocas soluciones centristas a un conflicto de alta intensidad en las últimas décadas. Continuar leyendo

¡Adiós causa liberal!

por José Joaquín Vallejo, “Jotabeche”

No habiendo elecciones, no hay para qué buscar ideas liberales; andan en la hacienda, en las minas; duermen por ahí como picaflores en el invierno o quizás no están en ninguna parte. Pero apenas calienta el sol electoral ¡Dios nos proteja! las ideas, principios y fines liberales nos invaden en enjambre, por regiones y en una fermentación infernalmente bullidora. Entonces cada cabeza liberal es un jardín en el aire de bellos y patrióticos pensamientos […]. Declarada la patria en peligro, viene el estado de sitio y se van los liberales a tomar aires marítimos y a publicar sus manifiestos a otra parte. ¡Adiós causa liberal! Continuar leyendo

Editorial #11: Pueblo o nada

por Comité Editorial Revista ROSA

Debemos volver a ser millones en las calles y en la política, ir al combate como tantas veces, haciendo oír más fuerte que nunca eso de que “aquí nada termina, aquí cada día es continuar”. Esta es la hora de salir al encuentro de la clase trabajadora, porque así se derrota al pinochetismo, al de ayer y al de hoy. La elección del 21 de noviembre nos deja solo dos opciones para el próximo mes y más allá: o somos pueblo, o somos nada. Continuar leyendo

La izquierda después de la victoria de Trump: Notas sobre la disputa del sentido común

por Pablo Contreras Kallens y Luis Thielemann H.

El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos fue sorpresivo, incluso para las fuerzas de izquierda. En este artículo, se proponen algunas reflexiones para intentar comprender su triunfo en contexto, y las lecciones que se pueden sacar de él. Se sostiene que la victoria de Trump se da en medio del agotamiento de un pacto social que subyace a la política norteamericana de las últimas décadas, y con una clara apelación populista al sentido común de los trabajadores blancos estadounidenses. Este sentido común es parte de lo que mantiene a los grupos subalternos bajo una situación de dominio. Por ello, si bien la táctica que utiliza Trump podría ser tentadora en primera instancia para las fuerzas de izquierda, se debe reconocer que su efecto no es subvertir la correlación de fuerzas, sino expresarla y restaurarla. Continuar leyendo

Marx y Trotsky en Iquique

por Claudio Aguayo Bórquez

El racismo no es un rasgo de la mentalidad propiamente neoliberal, es una supervivencia de una relación espiritual con el suelo que se convierte luego en la ideología oficial de las clases dominantes europeas, y en una suerte de narcisismo residual de las clases populares. “Hooliganismo”, “lumpenproletariado” fueron categorías que sirvieron para caracterizar a sectores de la clase obrera que Chevalier había clasificado como peligrosos, y que tanto para Marx como para Engels debían ser necesariamente arrinconados y neutralizados. Sin embargo, esta mentalidad “hooligan” traspasa fronteras de clase, y como dice Trotsky, hay un hooliganismo de la nobleza, del clero, de las clases medias, etc. La idea misma de lumpenproletariado entra en crisis cuando reconocemos un hooliganismo obrero perfectamente perfilado: la “conciencia proletaria” no existe como fenómeno espontáneo. Continuar leyendo

Democracia radical para integrados

por Luis Velarde Figueroa

La caracterización del papel de la lucha de clases en una política de transformaciones sociales hoy parece desdibujarse en pos de una democracia sin apellido que habría de beneficiar tanto a ricos como a pobres, a todas las etnias e identidades sexuales, etc. Sin embargo, la radicalización de la democracia en términos abstractos, sin determinaciones de clase, oscurece el papel del marco liberal de la hegemonía. De tal forma, no se alcanza a comprender la relación entre el liberalismo democrático y el capitalismo salvaje y globalizado. ¿Podemos ser perfectamente democráticos, representativos, participativos e inclusivos, por encima, y vivir la explotación del trabajo que confiere y reproduce el poder de dominación de la clase capitalista, por abajo? Continuar leyendo

La poética de la historia desde abajo

por Marcus Rediker
Traducción y notas de Camilo Santibáñez Rebolledo

Mi abuelo, el narrador poético, fue quizá la influencia más vieja y profunda en mi decisión de escribir “historia desde abajo”, esa variante de la historia social que surgió en la Nueva Izquierda con el objeto de explorar las experiencias y el poder histórico de las y los trabajadores; cuestiones que habían sido excluidas durante mucho tiempo por las narrativas históricas ‘desde arriba hacia abajo’ propias de las élites. Me educó sobre los caminos del mundo y, al mismo tiempo, sobre los fundamentos de su narración. Me ayudó a notar y apreciar la poética de la lucha. Y también me ayudó a moldear mi noción del arte y el oficio de la historia. Continuar leyendo

“¿Qué Hacer?”: entrevista a Mario Tronti

por Roberto Ciccarelli

Una izquierda que llega al gobierno debe, en primer lugar, conformar un ministerio para la transición de esta formación económico-política social a otra opuesta. Revolución y reforma no van contrapuestas como en el pasado. Solo con la amenaza de una superación de aquello que una vez se denominó el orden constituido —no como consigna sino como una práctica con la fuerza para realizar su objetivo— presiona a tu adversario a conceder reformas del sistema al favor de tu parte. Pasó en los “treinta años gloriosos” del siglo XX en presencia de la maldita Unión Soviética.  Paradójicamente, se está repitiendo hoy algo similar. Se abre, se concede, porque el miedo aún viene de Oriente, en la competencia económica, tecnológica e ideológica. Lo llaman el autoritarismo del presente, pero en verdad le temen por lo poco que recuerdan de un pasado que todavía no pasa. Continuar leyendo

Sobre los límites del nacionalismo obrero en Chile: Algunos comentarios a propósito de las primarias

por Gabriel Rivas

Teniendo a la vista los últimos descubrimientos en torno a la especificidad de América del Sur, la crítica al comportamiento de las diferentes direcciones de la clase obrera a lo largo del siglo XX permite al menos dudar de las nociones y expectativas hoy diseminadas por aquellas fuerzas políticas que asumen acríticamente cierta capacidad de “soberanía nacional”, ya sea bajo una nueva institucionalidad burguesa o su “desborde”. Continuar leyendo

Leninismo, socialdemocracia y socialismo democrático. Centralidad en el protagonismo popular

por Andrés Contreras

Como ha destacado Marta Harnecker, “el paternalismo de Estado es incompatible con el protagonismo popular”, pues es este tipo de protagonismo “en todos los espacios” lo que permite a la persona desarrollarse humanamente. No se trata de agregar lo social a lo político, sino de transformar la arquitectura actual de la democracia. Esto no se debe traducir en la participación ciudadana testimonial e instrumentalizada de los últimos años en Chile, en la que solo hay derecho a opinar, pero no a decidir; sino en construir una forma de gobierno donde se entregue progresivamente el poder a la ciudadanía. En esta línea, Lebowitz menciona la necesidad de democracia protagónica en el lugar de trabajo, democracia protagónica en los barrios, en las comunidades, en los municipios. La crítica a la centralidad del Estado y del Partido debe llevarnos a reformar la vieja idea de la planificación centralizada, donde el poder efectivo recaía en la burocracia, no para ceder ante la “anarquía capitalista”, sino para avanzar a una planificación descentralizada. Continuar leyendo