Así es la lucha nuestra

por Pavel Guiñez Nahuelñir

El asesinato de Camilo desnudó a una policía corrupta y acostumbrada a crear montajes para justificar sus atrocidades, amparados en la herencia dictatorial y la política del “enemigo interno” heredada de la dictadura, pero hábilmente continuada por la concertación y Nueva mayoría. Nunca mas se supo de las supuestas profesoras que había sido asaltadas. Jamás el senador Kast asumió la responsabilidad de afirmar “haber visto imágenes” de un enfrentamiento que nunca sucedió. Se comprobó que diversos agentes de la policía falsearon sus relatos, borraron imágenes de cámaras institucionales, destruyeron evidencia, obtuvieron relatos bajo tortura y más; todos antecedentes de lo que ya es una política institucionalizada del Estado de Chile en Wallmapu: el uso y abuso de la violencia del estado como instrumento político para enfrentar la disidencia. Continuar leyendo

A un año del 18 de octubre: desafíos desde la izquierda

por Javiera Toro Cáceres

Ni la agitación de la violencia social -que, por lo demás, no hay ninguna capacidad de aplacar sin resolver las causas que la originan-, ni los atajos electorales van a conducir a un avance de los intereses populares si no se encaran estos dilemas. En ese sentido, preocupa la ansiedad de algunas izquierdas de reducir la tarea del proceso constituyente a arreglos electorales vacíos que, más allá de sus resultados inmediatos en las urnas, pueden terminar ampliando la brecha entre política y sociedad si no son capaces de alterar sustantivamente las condiciones de vida heredadas de la dictadura cívico militar. Esto en ningún caso es un llamado a desatender estos procesos, sino por el contrario a asumirlos en toda su potencialidad transformadora, abriendo los procesos políticos a la fuerza demostrada por la sociedad en las calles. Continuar leyendo

A un año del 18O el desafío constituyente está en defender el protagonismo del pueblo

por Alondra Arellano

Luego de años de descomposición social, nuestra ciudadanía ha comenzado un proceso de reencuentro a partir del 18 de octubre que se ha visto acelerado por la crisis económica que ha despertado diversas iniciativas solidarias al interior de nuestras poblaciones. Es nuestro deber estar ahí, reconstruyendo el tejido social, recomponiendo la confianza del pueblo con las organizaciones sociales y políticas, sobre todo cuando esperamos profundizar nuestra democracia abriendo el poder hacia las comunidades locales. Continuar leyendo

A un año de octubre: certezas, dudas y desafíos

por Felipe Ramírez

Para estar a la altura de esas tareas, y contar con las herramientas -políticas, organizativas, analíticas- adecuadas, debemos aprender a caminar y mascar chicle a la vez, abandonando la comodidad que nos brinda la simplificación de la política partidaria en los extremos del electoralismo o el basismo. Nuestro proyecto debe ser dinámico, debe anclarse en las luchas sociales, retroalimentarse de una militancia activa en las organizaciones de masas, debe ser herramienta colectiva de síntesis de las experiencias y construcciones del mundo popular, expresión de la diversidad de los pueblos que habitan y luchan en nuestro país, debe aprovechar las trincheras institucionales para aplicar su programa, debe fomentar la autocrítica y lo colectivo, y abandonar la soberbia y la autocomplacencia que tantos quiebres y rupturas burocráticas ha generado en estos años. Continuar leyendo

¿Fascismo en la Araucanía? La ofensiva de las asociaciones gremiales y civiles en el sur de Chile

por José Luis Morales Muñoz

A pesar de las medidas tomadas por Piñera, las asociaciones gremiales y civiles incubaron un malestar con el desempeño del Estado. Estos sectores, considerados así mismos como víctimas del “terrorismo” en la zona, articularon una respuesta unificada en torno a demandas que exigieron la instalación del Estado de sitio o excepción, “empoderar las policías” e “intervenir a las comunidades violentas” para defender sus propiedades y capitales. Trazaron un antagonismo entre quienes desean la “paz en la Araucanía” y los “terroristas”, estos últimos, por cierto, vienen a ser una figura difusa que va desde milicianos de las FARC con redes en el PC, narcotraficantes hasta delincuentes ajenos a la región. Continuar leyendo

De la revuelta popular de octubre a la cristalización de una salida al neoliberalismo: La urgencia de dicotomizar la discusión en torno al rol del Estado en una nueva constitución

por Gonzalo Díaz Martínez

En términos estratégicos, el escenario electoral próximo requiere establecer con suma claridad esta dicotomía en el imaginario colectivo de nuestro país, con la finalidad de construir un andamiaje cultural del período a través de un componente pedagógico de fácil comprensión tanto para quien vota, como para las fuerzas que articularán esfuerzos en conjunto bajo el alero de uno de dos objetivos posibles: atender a la voluntad popular mayoritaria del país expresada en experiencias como los cabildos y las marchas de millones en las calles, o hacer caso omiso a la gran premisa de las mayorías del país de extirpar el neoliberalismo y buscar algún tipo de alternativa conciliadora con el modelo; siendo la segunda posición automáticamente antagónica de la primera y renegadora del clamor de la ignominia de millones. Continuar leyendo

A la caza del indio

por Claudio Berríos

El racismo y la cacería vuelven a aparecer cada vez que se pone en tensión la lucha de los pueblos originarios. Son conceptos que se albergan en el yo profundo, es el “sentido común” como lo entiende Gramsci: concepciones incoherentes, disgregadas e inconsecuentes de la realidad. En este sentido, no basta establecer instancias jurídicas para tales arrebatos. No basta querer un Estado plurinacional. Implica la necesidad imperiosa de reconfigurar la historia, entender su narración como acto político, como disputa constante. Pensar en torno a la violencia sobre el indígena, nos debería llevar a pensar también en la violencia estructural del país. En diversos tipos de desigualdades que se mueven en planos paralelos (raza/género/clase) dentro de la sociedad. No basta ser antirracista, sino constituir espacios de lucha en cuyo centro, “las” desigualdades sean develadas y combatidas. Continuar leyendo

De aprecios y desprecios a los pueblos originarios: fundamentos del racismo y la xenofobia en las disciplinas arqueológicas y antropológicas

por Catalina Soto Rodríguez

Si queremos terminar de desmontar el modelo que posibilita que el poder se concentre en ciertos sujetos (hombres, blancos, heterosexuales, hablantes de lenguas hegemónicas y letrados), no es productivo argumentar desde la complejidad que otras sociedades tuvieron. En términos arqueológicos lo que señala el arqueólogo Dillehay es muy cierto, existió monumentalidad visible en los montículos ceremoniales (küeles) y en los camellones (estructuras agrícolas de grandes dimensiones), y posiblemente en urbes y construcciones que hoy no se conservan en el registro arqueológico, porque la cultura mapuche inmersa en medio de bosques hoy y antes ha sido una construida en madera. Por eso, cuando se intenta defender una sociedad o cultura precarizada, excluida y discriminada por un Estado, no debiéramos ocupar este argumento u otros como “en América también hubo Civilizaciones” como si con eso fuera suficiente para respetar esas raíces y a otros pueblos. Continuar leyendo

Civilización y barbarie

por Enrique Riobó Pezoa

Es que el terrorismo de Estado resultó condición fundamental para imponer los límites legales y formales de lo que hoy es el Estado de Derecho, siendo esta una tensión central para entender el momento actual, especialmente porque la amenaza de la violencia aparece reactualizada con la carga histórica de las últimas décadas. Con esto me refiero a que todo lo que se hizo y no se hizo durante la posdictadura hoy se está evidenciando: las luchas por los Derechos Humanos y por una vida sin violencia han dejado una marca en la sociedad, pero a nivel político e institucional hubo poca voluntad para avanzar decididamente en construir condiciones para un verdadero nunca más en lo relativo a la dimensión más básica: que el Estado no violara los derechos humanos de su propia población. Continuar leyendo