La carne y los huesos de la lucha de clases
por Patrizio Tonelli
Si ampliamos nuestra mirada al panorama global, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en 2018 casi tres millones de trabajadores murieron en el mundo por causas de enfermedades profesionales (86%) y de accidentes ligados al trabajo (14%). Cada día, los expertos de OIT estiman que 7.500 trabajadores mueren en el mundo debido a condiciones inseguras y dañinas para la salud: 6.500 debido a enfermedades laborales, 1.000 por accidentes laborales. Un goteo incesante que muestra cómo las exigencias de productividad y crecimiento necesitan de la carne y huesos de los trabajadores para desplegarse, cortando dedos, manos y piernas, encorvando espaldas y articulaciones, desgastando ojos, oídos y pulmones, estresando cerebros.
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