por Eduardo Beaumont
La Unidad Popular amplió los derechos a la educación y al trabajo en las vidas cotidianas de les estudiantes, trabajadores y sus familias, casi desde un primer momento, con mayor financiamiento educativo, también mejores condiciones laborales y más participación. La matrícula creció en todos los niveles del sistema escolar y postescolar, aumentó la formación docente, el acceso a la capacitación laboral y la extensión universitaria. Pero más allá de mejorar el sistema educativo, la política de la Unidad Popular cuestionó la relación misma entre la educación y el trabajo, redefinió los vínculos y límites entre ambos mundos, construyendo también a nivel popular una “batalla por la producción y el rendimiento estudiantil”. Aunque los cambios en la relación educación-trabajo suceden en el conjunto amplio de las políticas y prácticas socioeducativas de la UP, hay dos proyectos donde se observa más claramente esta transformación: en la Escuela Nacional Unificada y en el plan Kirberg. Continuar leyendo →