por Comité Editorial Revista ROSA
La combinación del auge fascista, la capacidad totalizante de las elecciones y su efecto real sobre la configuración del poder del Estado, comienza a achicar velozmente el arco de posibilidades para la izquierda radical. La encrucijada no es nueva, pero sigue siendo brutal. En ausencia de poder real para interrumpir y dislocar la política en su curso actual, quedan solo dos caminos: apostar a la tesis decenas de veces falseada de la agudización de las contradicciones o votar contra Kast, que en las actuales circunstancias es el atajo para admitir que se vota por Boric (o por Provoste, Artes, etc.). Quizás haya una tercera: asumir que se pasará mucho tiempo explicando por qué, en una situación donde solo hay dos alternativas posibles, se optó por una omisión que siempre favorece al que ganase: Boric o Kast. Ninguna de las opciones es alegre para la inmensa mayoría de ese campo. Es derrota pura y dura, es la subordinación al progresismo, es la claudicación de la alternativa radical. Lo hemos dicho antes: así luce una derrota política, como la reducción dramática de nuestro arco de posibilidades. Por eso se dice que las elecciones disciplinan más que la policía. Continuar leyendo →