por William Deresiewicz (traducción de Carolina Olmedo Carrasco)
Los artistas no sólo ganan menos y tienen que gastar más de lo que gastaban antes de que aparecieran las plataformas digitales, sino que trabajan aún más duro. Esto pues ya no basta con hacer tu arte, algo que ya es una tarea difícil si vas a hacerlo lo suficientemente bien como para sostener una carrera profesional en ello. Las mismas fuerzas que han desangrado los ingresos de los artistas también han reducido las ganancias de las empresas -editoriales, sellos discográficos, etcétera- a través de las cuales se ganan o solían ganarse la vida. A medida que la industria de la cultura se contrae, los artistas deben replicar sus funciones por sí mismos. Ahora son pequeñas empresas unipersonales, con departamentos de marketing, contabilidad y logística. No sólo crean y realizan su obra, sino que también producen, diseñan, administran, distribuyen y publicitan en torno a ella incesantemente. Continuar leyendo →