El Rechazo como psicosis

por Claudio Aguayo Bórquez

La tendencia reciente de una parte de la institucionalidad a reconocer públicamente la posibilidad de un triunfo del Rechazo –coronada con las declaraciones recientes del presidente Gabriel Boric– no corresponde a una crítica genuina a la “tendencia a disminuir al adversario” y el narcisismo patológico denunciado por Gramsci. Sobre todo, porque tal crítica no es útil ni productiva cuando se realiza como acto de inmolación público. Tampoco es, desde luego, el deseo melancólico por la derrota de la izquierda histérica, abocada en la actual coyuntura a defender el abstencionismo y el voto nulo. Se trata más bien de una continuidad burocrática de la psicosis del Rechazo, que reactiva –quiéralo o no– los deseos de orden y de una clausura conservadora del proceso constituyente, desde luego en los términos de un nuevo acuerdo nacional transversal de todo lo que se llama clase política. Continuar leyendo

La acción gubernamental en el actual ciclo inflacionario

por F. Aguilar

Mientras la institucionalidad vigente no permita equilibrar la cancha entre el trabajo y el capital, es nuestra responsabilidad mostrar un camino de seguridad y apoyo a quienes más lo necesitan. En esto, la izquierda chilena debe ser sinónimo de innovación en cuanto a cómo enfrentar contingencias como la que vivimos actualmente, y no defender discursivamente lógicas que hemos criticado durante ya bastantes años. Si el gobierno se entrampa defendiendo las respuestas políticas de antaño, jamás podremos desprendernos de la camisa de fuerza neoliberal. Como dijesen unos jóvenes de San Miguel tiempo atrás: “jugando juegos de otros nunca vamos a campeonar”. Continuar leyendo

Cuchillo y tenedor

por Claudio Aguayo B.

No se trata de exigir un paquete de medidas expropiadoras, sino de demostrar, en un plazo urgente, la capacidad de la izquierda para responder a las necesidades materiales de las clases laboriosas que protagonizaron el estallido del 18 de octubre. Juzgar a los obreros cuando se inclinan al rechazo porque tienen hambre o frío, parece más un moralismo idealista que un realismo pragmático. Sólo una izquierda que sabe mostrarse decididamente de parte de los sectores subalternos en las coyunturas de crisis capitalista puede triunfar en una situación como esta, incrementando el poder de compra y el acceso a bienes básicos de la clase trabajadora, y poniéndole límites al único sector de la sociedad que tiene –como dice el economista marxista Richard Wolff– la potestad de fijar precios y mantener la tasa de beneficio a expensas de los pobres. Continuar leyendo

Disputa política chilena actual: Seis apuntes

por Arnaldo Delgado González

La enunciación de la verdad no alcanza para contrarrestar la mentira. Las ofensas del “me van a quitar la bandera”, “me van a cambiar el himno”, “me van a dividir y quitar mi Chile” no se contrapesan con un “mire, amigo, amiga, lea el borrador de la Nueva Constitución, no le vamos a quitar ni la bandera, ni el himno, ni tampoco le vamos a dividir ni le vamos a quitar su Chile”. En el ejemplo anterior la ofensa rasga un abismo en que la mentira es insalvable. La o el ofendido carga con un talante emotivo particular que no es curable desde el desmentido. ¿Por qué? Porque en épocas en que se conjuga una sensibilidad individual altamente desarrollada con inestabilidad en el vivir cotidiano, la emotividad asociada a un mínimo de certeza genera agencia y arraigo. Continuar leyendo

Asumiendo el conflicto. Anotaciones al Editorial #13 de Revista ROSA

por Rogelio Vilches

Pese a su visión crítica, el editorial resucita el frente único más allá de la lucha de clases, cuando afirma: ‘Se debe propiciar y no temer la construcción de una mayoría social activa que sostenga esas transformaciones. Sólo en esa dirección, y debido al potencial que esa fuerza tiene para hacer avanzar estos intereses, es que cobra sentido político el acto de defender al gobierno’. Al usar categorías como mayoría social el polo rojo persiste en los viejos errores de la izquierda de usar seudo-categorías que ocultan las relaciones de clase. Desde los tiempos de la Komintern estalinista, con su interpretación del frente único, estas seudo-categorías sólo han servido para poner al proletariado bajo la hegemonía de la pequeño-burguesía. Es el fetichismo de la democracia que cree que la lucha política se resuelve por el que tiene más votos. ¿Defender al gobierno? Defender al gobierno en la medida que ayude a potenciar el polo rojo. Si no, mostrar sus contradicciones y a dónde lo llevan el desarrollo de las mismas. El polo rojo no defiende gobiernos, conduce a los trabajadores en su organización independiente de los partidos y movimientos de la pequeño-burguesía, para que tomen el poder político y revolucionen el Estado y las relaciones de producción.  Continuar leyendo

Apruebo Dignidad bajo el consenso del accountability

por Mauro Salazar J.

Contra la profanación octubrista, y sus abismos, el FA entiende que el estatuto horizontal de la protesta social contra el sistema de AFP –Marcel, la soberbia de la técnica y el consenso managerial– representa una demanda central que debe ser aborrecida para aumentar en realismo y ganar un caudal de legitimidad elitaria. De un lado, esto se refiere a o obviar la extensión de demandas ciudadanas por la vía de una lucha central con distintos agenciamientos de sentido (No + AFP) y, de otro, alude a la identidad política que debe vertebrar de modo más vertical la orientación de estas demandas: el “Frente Amplio” se enfrenta a un dilema trascendental. Si asumimos este desafío desde el punto de vista de la extensión de las demandas insatisfechas –poli/clasistas y horizontales– puede ser un recurso interesante abrazar una heterogeneidad de reivindicaciones insatisfechas, pero si lo abordamos desde la perspectiva de la densidad, el FA hipoteca prematuramente su vigor ideológico por la necesidad de articular un acervo general de demandas cada vez más gestionales y burocráticas que, a poco andar, podrían terminar de diseminar su identidad. Se trata de dos momentos fundamentales de la política hegemónica, horizontalidad y verticalidad forman parte de una compleja articulación. Continuar leyendo

Boric y la crisis de expectativas. Un plebiscito diario para recobrar legitimidad

por Sebastián Farfán Salinas

Creo que ante las turbulencias es necesario reestablecer una lectura sobre el malestar y lo que sucedió en el estallido como una incomodidad contra las mismas políticas emancipatorias que pretendemos defender. Una grieta hacia nosotros mismos. La expresión de una herida. Una herida que, si bien expresaba sus potencialidades, mostraba también un lado de la moneda más pesimista. Si el malestar fue reventando contra la institucionalidad y termina estallando en un reventón social, esto no necesariamente expresa una virtud, sino más bien una carencia. Una debilidad de fondo. La debilidad del ejercicio ciudadano y la incapacidad de los sectores populares para generar las instancias institucionales que permitiesen revertir la situación. El “estallar” manifiesta esa frustración y herida. El estallido no manifiesta una conciencia política que estuviera subyacente en el pueblo, sino que expresa una rabia y un malestar profundo contra toda expresión política, donde también cabemos nosotros como izquierda. Si existían potencias que podrían ser interpretadas en dirección progresista (cabildos, cultura, movilización ciudadana), también existen potencias que pueden ser interpretadas en dirección autoritaria y conservadora (chalecos amarillos, violencia, heridos y muertes, etc.) La ciudadanía forjada en tiempos de neoliberalismo expresa malestares contradictorios y múltiples. Continuar leyendo

Editorial #13: Asumir el conflicto

por Revista ROSA

Con el inicio de las sesiones constituyentes, el conflicto social refundacional que este órgano encauzaba se pausó caricaturescamente hasta el siguiente hito electoral. Mientras tanto, la derecha y parte de la Concertación fueron aprendiendo –más por obligación que por decisión– que el conflicto sigue abierto y en disputa día a día. El comando del Rechazo lleva más de un año armado, boicoteando el proceso, dificultando los cambios, mintiendo y acumulando fuerza social y electoral. Al frente no existe un comando por el Apruebo (¿o sí?), y quienes podrían ser parte de este esfuerzo llevan casi un año dejando pasivamente que la Convención Constitucional funcione aislada de la realidad, elaborando noticias con bajas tasas de lectoría, pero que reverberan con banal entusiasmo en nuestro círculos cada vez más homogéneos. Adoptar una postura así de defensiva y aislada después de triunfos electorales combinados con muestras de lucha social, resulta inexplicable excepto por el total agotamiento del marco conceptual, táctico y estratégico de lo que hemos construido en esta última década. Justo en el momento en que precisamos de contenido para una ofensiva, para la más importante desde el fin de la Dictadura, nos percatamos de que el significante que veníamos utilizando estaba vacío. Continuar leyendo

No sincronicidad

por Claudio Aguayo Bórquez

Salvo para una clase media funcionaria que, por razones de reproducción material y corporal—casi de su propia vida—debe servir de barra brava al gobierno de turno, la izquierda permanece en un estado de estupefacción frente al escenario no-sincrónico. Funcionarios y militantes de la izquierda chilena que defienden políticas de Milton Friedman, respaldos cringe a la institución policial, tan solo ayer convertida en anatema, llamados a la paciencia, complicidad con las políticas del Banco Central, austeridad fiscal y denegación de liquidez para las clases populares—el exceso de circulante podría aumentar la temida inflación—guiños con la derecha para reponer la presencia militar en la macrozona sur. Nuestra “magia podrida” (fauler zauber, otro término de Bloch) es la Concertación: una época dorada que se quiere reimponer en un tiempo de desfonde material de aquello que la hacía posible—un disciplinamiento inaudito de la clase trabajadora, grandes cifras, confianza en la flamante democracia después de décadas de dictadura, tutela militar. Continuar leyendo