La renuncia a la alternativa: Antes que la corrupción, la bancarrota ideológica
La izquierda local en cualquiera de sus versiones, desde la ultra radical hasta el progresismo más blando, no ha producido una alternativa a la subsidiariedad. No se ha avanzado más allá de construir organismos privados destinados a capturar fondos estatales para misiones de urgencia social. Para peor, han asumido la tarea de Guzmán y Pinochet como propia, y así han construido su propia maquinaria de organismos privados que deshuesan fondos estatales para “mejorar la vida de las personas”. La diferencia con la derecha se reducía a un asunto de “más verdadera caridad” y de “mayor probidad”. Y esa superiodidad moral hoy se reduce a una mueca triste. Continuar leyendo