por Nicolás Acevedo Arriaza
Sin especificar cuáles serían estas complicaciones, se podría suponer que una de ellas sería el actual escenario político con la permanencia del conflicto mapuche y el intenso debate en torno a la seguridad ciudadana. Esto, sumado al plebiscito para aprobar la nueva Constitución, estarían frenando al gobierno para tomar una decisión más directa como el Indulto Presidencial. Eso en el caso que existiera una real voluntad de resolver este conflicto, porque en el gobierno tampoco existe un consenso sobre la legitimidad de los “presos de la revuelta” y su necesidad de liberarlos. Por otro lado, existe un factor afectivo que cruza la “política”. Al no existir vínculos personales ni políticos con los actuales condenados, los compromisos del gobierno pueden eternizarse. “Hay que tener paciencia me han dicho, pero no se ponen en mi lugar ni en el de los presos como Jordano”, plantea Tania, quien sabe que la empatía no es precisamente lo que marca el termómetro del gobierno. Continuar leyendo →