por Luis Thielemann H.
La mayoría electoral es asalariada, y aprendió hace décadas que la democracia desistió en el siglo XX, a punta de bayoneta y tortura, de no tocar nunca más la ganancia del empresariado, que no intentará mejorar las condiciones laborales a costas de los impuestos de los más ricos, que no buscará fortalecer el sindicalismo y, en cambio, sí fortalecerá a los gremios empresariales. Lo sabe, y de ahí que las elecciones sean un asunto menor. Una elección no va a mejorar las condiciones de la salud pública, ni hará que las pensiones suban. Ya aprendió que cuando se promete eso, después no ocurre. Si se le convoca con dramatismo a defender la democracia y sus garantías, sabe que no es tan dramático, sabe, porque lo aprendió tristemente en años, décadas, de desilusión en desilusión, que esas garantías dejaron de ser reales hace mucho. Le piden votar en nombre de una memoria de lo perdido, pero que en realidad nunca tuvo. Continuar leyendo →