A 10 años del 4 de agosto de 2011

por Joaquín Trincado

Pero también estaban las cartas sobre la mesa: el 2019 pasa porque pasa el 2011. La década de desafío al modelo neoliberal planteó los problemas y las soluciones, que no llegaron y, por no llegar, plantearon también frustración. El sistema era impermeable al descontento. Entonces, frente al descontento, protesta; frente a la protesta represión; y frente a ella protesta e indignación. Pero en 2019 fue contestada con bencina: el estado de excepción prolongó el descontento, porque la represión era justamente el detonante de la revuelta. Y el tiempo en lucha, en la calle, en la conversación de la barricada y la marcha permitió concretar, recuperar demandas, reunirlas y ponerlas todas en lienzos, rayados, fotos y videos que invitaron a todo el movimiento a que ahora sí: “con todo, sino pa qué”. Continuar leyendo

4 de agosto de 2011: A una década de que las masas reclamaran las calles

por Felipe Ramírez

Y es que si bien la consigna principal de la movilización era sectorial -la educación continuó siendo el eje de las manifestaciones y del petitorio- el tema constitucional ya se instalaba en las asambleas y en las organizaciones de masas. Al poco andar los sindicatos aparecieron protagonizando la lucha en contra de las AFP y las pensiones de miseria que entregaban a los/as trabajadores al jubilar, y después la ola feminista impactaría con fuerza a la sociedad, dando cuenta de que el cuestionamiento al orden establecido era imparable, y que nuevamente, el modelo no estaba dispuesto a ceder en los puntos centrales, no a menos que se lo obligara. Continuar leyendo

La política popular y el fantasma golpista. Notas a partir de la coyuntura

por Luis Thielemann H.

Hay un sector de la izquierda que no nota que la derecha perdió en las urnas y en el campo de la cultura, pero no ha perdido ni el capital, y todavía es el actor favorito de los aparatos ideológicos del Estado y de las Fuerzas Armadas. Las principales palancas del poder, siguen en sus manos. Creer que debido a su minoría electoral actual son un actor intrascendente, posible de ser humillado y sometido a la burla, es caer en el electoralismo reduccionista de la complejidad, y negarse a observar la lucha de clases como un fenómeno multidimensional y a la vez total, no reducido a una única instancia político-institucional. Creer que la CC contiene y da cuenta de toda la política, de toda la lucha de clases, es un error de apreciación propio de principiantes. Continuar leyendo

Lastarria: un zapato chino

por Carolina Olmedo Carrasco

La naturalización del comercio como “principal protagonista” del espacio público, oblitera la urgente necesidad de la comuna de Santiago de ofrecer espacios seguros para la movilización, y poner a disposición su -aún- privilegiada infraestructura. Hace falta hacer lo que sea antes de terminar repitiendo la “mano firme” anhelada por ex alcaldes como Ravinet o Lavín, o callando por lo escueto de nuestra imaginación política en torno a lo público. Continuar leyendo

“¿Qué Hacer?”: entrevista a Mario Tronti

por Roberto Ciccarelli

Una izquierda que llega al gobierno debe, en primer lugar, conformar un ministerio para la transición de esta formación económico-política social a otra opuesta. Revolución y reforma no van contrapuestas como en el pasado. Solo con la amenaza de una superación de aquello que una vez se denominó el orden constituido —no como consigna sino como una práctica con la fuerza para realizar su objetivo— presiona a tu adversario a conceder reformas del sistema al favor de tu parte. Pasó en los “treinta años gloriosos” del siglo XX en presencia de la maldita Unión Soviética.  Paradójicamente, se está repitiendo hoy algo similar. Se abre, se concede, porque el miedo aún viene de Oriente, en la competencia económica, tecnológica e ideológica. Lo llaman el autoritarismo del presente, pero en verdad le temen por lo poco que recuerdan de un pasado que todavía no pasa. Continuar leyendo

Desde lo alto de la copa de un árbol, como hace treinta años

por Bernardo Jorquera

Las raíces llevan años siendo escuchadas desde las alturas, esto no es nuevo, y el dieciocho de octubre, esas raíces hicieron tambalear las copas de los árboles, no sólo para ser escuchadas, sino para terminar con los abusos de un tutelaje que jamás los tomó en serio. Aquel tutelaje que provino desde las buenas intenciones – desde las copas de los árboles siguiendo nuestra metáfora – y que por décadas – sujetadas en una habitus de élite – no dejó a los muchos hacer política, o sea, tomar decisiones sobre sus propias vidas. Continuar leyendo

Sobre los límites del nacionalismo obrero en Chile: Algunos comentarios a propósito de las primarias

por Gabriel Rivas

Teniendo a la vista los últimos descubrimientos en torno a la especificidad de América del Sur, la crítica al comportamiento de las diferentes direcciones de la clase obrera a lo largo del siglo XX permite al menos dudar de las nociones y expectativas hoy diseminadas por aquellas fuerzas políticas que asumen acríticamente cierta capacidad de “soberanía nacional”, ya sea bajo una nueva institucionalidad burguesa o su “desborde”. Continuar leyendo

Desde un árbol que mira al norte y echa raíces en la tierra

por Tomás Leighton

El desafío práctico de las elecciones no es tan solo la crítica sobre la realidad sino que fundamentalmente su alteración. Si de ello se trata, no hay razón alguna para renunciar al apoyo de las capas medias. Una cosa como esa sólo puede concebirse desde una concepción sobre lo social que le otorgue funciones delimitadas a cada posición, sin más alternativa que lamentarse ante el status quo o esperar que las contradicciones se agudicen. Continuar leyendo

La distancia y la prudencia: Una lectura táctica del acuerdo por la nueva constitución

por Marcelo Ortiz Lara

Pero también se omite, o más bien se desconoce otra cosa: que este tipo de acuerdos no sólo se legitiman en su inicio, sino también en el proceso, de forma tal que, si se mueven las piezas de manera adecuada, se pueden remediar las dolencias de las etapas anteriores. Apostar por las organizaciones sociales en la mesa negociadora desde un inicio para otorgar legitimidad al acuerdo era demasiado riesgoso para ese momento: se requería mantener una revuelta de alta intensidad por más tiempo, se requería un proceso arduo de negociaciones entre partidos y organizaciones que no aseguraría un mejor resultado para los intereses del pueblo. Sin embargo, si se consolidaba un buen acuerdo de inicio arriesgando la legitimidad ‒con más garantías hacia la izquierda que hacia la derecha, como en efecto terminó siendo‒, se dejaba la posibilidad de legitimación en el transcurso del tiempo, siempre y cuando existiera la opción. Continuar leyendo

Vencer los espejismos

por Claudio Aguayo Bórquez

Cuando una revuelta salta por encima del poder constituido, lo hace siempre con el riesgo de no encontrar expresiones institucionales para la revuelta. Las viejas instituciones de la república, con sus mañas y deficiencias, están ahí para suplir ese vacío. Pensar que la abstención podría expresar un ánimo revoltista y anti-sistema, dispuesto a subvertir espíritu de cualquier época, sigue siendo en el fondo una forma invertida de electoralismo: las clases populares, como casi todo fenómeno social, son difícilmente legibles ahí donde no hacen algo. Continuar leyendo