La creación de una moneda sudamericana puede acelerar la integración regional

por Fernando Haddad y Gabriel Galípolo (Traducción de Andrés Estefane)

La moneda sería emitida por un Banco Central Sudamericano, con una capitalización inicial hecha por los países integrantes en proporción a sus respectivas participaciones en el comercio regional. La capitalización se haría con las reservas internacionales de cada país y/o con un impuesto a las exportaciones fuera de la región. La nueva moneda podría utilizarse tanto para el comercio como para los flujos financieros intrarregionales. A los países miembros se les acreditaría una dotación inicial de SUR bajo reglas claras y consensuadas, siendo libres de adoptarla o mantener sus monedas. Los tipos de cambio entre las monedas nacionales y SUR fluctuarían. Los derechos financieros, como las reservas internacionales, también proporcionarían consideración para la emisión equivalente de SUR. Continuar leyendo

Stasis peruana

Es útil distinguir las variantes económicas y políticas del antifujimorismo. Los antifujimoristas económicos ven el modelo neoliberal de Perú, y la constitución de 1993 que lo engendró, como el principal problema que enfrenta el país. Su objetivo es cambiar la constitución para que Perú pueda desarrollar formas de crecimiento más equitativas y sostenibles, aflojando a la vez el cepo del mercado. Los antifujimoristas políticos están menos preocupados por el modelo económico-constitucional del país que por sus estructuras institucionales, arruinadas por la prevalencia de la corrupción. A grandes rasgos, los actuales grupos de centroizquierda e izquierda (Frente Amplio, Juntos por el Perú, Perú Libre) son antifujimoristas económicos, mientras que los de centroderecha (Partido Morado, sectores de Acción Popular) son antifujimoristas políticos.

por Paulo Drinot (Traducción de Luis Thielemann H.) Continuar leyendo

Progresismo autoritario y gobierno woke

por Claudio Aguayo Bórquez

A un día de que la ministra Izkia Siches saliera a respaldar a carabineros con una parquedad intolerable para la izquierda tradicional, Boric publica una foto asistiendo en solitario al monumento a los profesores comunistas degollados en 1985. Las masas no van a resistir por mucho esta forma de responder, esta ambigüedad y este tránsito burdo del autoritarismo y la violencia de las clases medias al simbolismo buenaondista del gobierno woke. No porque tengan una memoria intachable en torno a la dictadura, o sean adictas al día del joven combatiente. Es posible que sea más bien lo contrario, y que las nuevas irrupciones populares estén llenas de una profunda rabia conservadora anti-institucional contra el simbolismo progresista y su reverso autoritario. Continuar leyendo

Guerra en Ucrania, la trampa del campismo y la izquierda. Ideas para una política por la paz

por Felipe Ramírez

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania han sido múltiples las voces que han buscado disciplinar a los distintos países con la posición de la OTAN, no sólo condenando la agresión sino alineando a los Estados con las sanciones que buscan aislar a Moscú, estableciendo la idea de que existen dos bloques enfrentados, uno “bueno” y civilizado, y otro “malo” y salvaje. Un fuerte compromiso con los Derechos Humanos nos obliga a ir más allá, identificando el carácter de este conflicto –iniciado en 2014 con las violentas protestas pro-europeas y anti-rusas en el Maidán y el Golpe de Estado–, y estableciendo una política por la paz que junto a condenar la invasión rechace también la política agresiva de la OTAN, una línea que permitiría al gobierno chileno tomar la iniciativa en línea con los DD.HH., la no subordinación a potencias y la defensa del multilateralismo. Continuar leyendo

El momento de la izquierda colombiana

por Santiago Castro-Gómez (presentación de Claudia Cofré).

Mientras que la derecha neoliberal asumió el papel “anti-sistema”, destruyendo las instituciones públicas y desvirtuando la función universal del Estado, la izquierda defiende ahora los valores democráticos y constitucionales. Quién lo creyera. Lo que actualmente vemos en países como Chile y Colombia no es el renacer de la vieja izquierda revolucionaria del siglo XX, sino la emergencia de una izquierda republicana que busca poner a la sociedad y la economía en “estado de derecho”. De lo que se trata es de arrebatar al neoliberalismo su falsa careta democrática y poner las cosas en su sitio. Frente al intento fracasado de establecer una equivalencia entre el mercado y la democracia, la nueva izquierda comprende que la función de la política es democratizar la economía, evitando que instituciones públicas como la educación, la salud y las pensiones sean convertidas en un negocio al servicio de intereses particulares. Recuperar estas instituciones para el bien común y fortalecer el Estado social de derecho es la única “revolución” a la que aspira la nueva izquierda. Bienvenidos al mundo pospandémico del siglo XXI. Continuar leyendo

“…puedes poner las querellas que quieras, a nosotros no nos pasará nada”. La represión policial a comunicadores sociales durante la revuelta de 2019 y la lucha contra la impunidad.

por Daniela Mansilla, Paula Navarro, Rodrigo Aliaga y Martín Berríos

Tras haberse conmemorado dos años del levantamiento popular de octubre de 2019, el sentimiento de impunidad generalizado que llevó a miles de personas a manifestarse en las calles sigue estando presente, incluso con más fuerza. Entre las miles de víctimas, quienes se dedicaron específicamente a registrar y visibilizar manifestaciones, sufrieron persecuciones, abusos y otros atropellos de forma habitual por parte del personal policial. Cuatro periodistas y comunicadoras sociales decidieron dar sus relatos ante la ausencia de justicia. Continuar leyendo

Eugenia Palieraki, historiadora: “Sentirse preso de dos opciones, ambas insatisfactorias y posiblemente destructoras, es renunciar a la imaginación política”

por Andrés Estefane

“Lo que merece la pena ser señalado es que durante la Guerra Fría y por fuera de las organizaciones internacionales o los jefes de Estado, la convicción de que era posible proponer vías alternativas y propias se arraigó entre intelectuales, científicos, militantes y amplios sectores sociales. Y esta convicción creó las condiciones de posibilidad para que emergieran ideas políticas y también acciones que buscaban romper con la bipolaridad del período. Porque sentirse preso de dos opciones, ambas insatisfactorias y posiblemente destructoras, es renunciar a la imaginación política y de la misma manera a la acción. Por el contrario, pensar en la posibilidad de caminos diferentes es ya imaginar esos caminos, es crear las condiciones de una acción emancipadora y no condicionada por emociones como la desesperación, la frustración y sobre todo el miedo”. Continuar leyendo

Desbordar lo posible

por Gonzalo Silva Brunetti

El proyecto del FA surge como una alternativa a la Concertación. Más allá de cuestiones generacionales y formales, el contenido sustantivo diferencial de su política siempre ha sido un ir más allá de lo hecho en los últimos treinta años. El PC ha tenido una crítica histórica a la falta de radicalidad del proyecto concertacionista, siendo estos dos sectores la esencia de Apruebo Dignidad. Deberíamos, en principio, tener esperanzas de que el actual gobierno lleve adelante una política cualitativamente distinta. Esta diferencia, si es realmente sustantiva, no estará dada por tener una mejor capacidad de gestión de las correlaciones de fuerzas, ni por tener mayor compromiso con las demandas sociales, ni por tener mejores ideas o competencias técnicas. Lo que puede hacer del gobierno de AD un proyecto histórico distinto de la Concertación es tener la convicción y la voluntad de llevar adelante su programa y, frente a la respuesta de las fuerzas conservadoras, no optar por modificar sus contenidos, sino que sostenerlos con el apoyo de la ciudadanía organizada. Continuar leyendo

La banalidad del bien, o de la obsesión con las sanciones internacionales

por Afshin Irani

Cuando las sanciones económicas son instrumentalizadas como armas disuasivas, estas suponen un modelo de “guerra de desgaste” que puede ser asumido por países acomodando políticas proteccionistas de emergencia, pero no por los que poseen economías dependientes del libre mercado. Como menciona Batmanghelidj, las políticas de “sanciona primero y evalúa después” generalmente terminan consumiéndose en un efecto boomerang. Efectos que, francamente, hacen pensar que quienes imponen o agitan las sanciones debiesen ser los sancionados, o que al menos nos dirige a la necesaria pregunta ¿quién sanciona a los sancionadores? No obstante su impotencia a nivel económico, hay un aspecto distinto donde las sanciones se prueban como el arma más efectiva jamás antes vista: la militarización de la cultura y la formación de bandos a nivel global. En efecto, durante febrero y lo que llevamos de marzo, asistimos a un curioso momento donde se reeditan y superponen distintas capas de imágenes y estrategias de representación, que tienen, al menos en el universo arrastrado por la OTAN, el objetivo de involucrarnos social y personalmente en el conflicto. Continuar leyendo

Afilar la lectura crítica del pasado

por Felipe Ramírez

Probablemente el ejercicio más interesante tenga que ver con la posición “espejo” del mito estalinista: la crítica vulgar al conjunto del marxismo como una ideología autoritaria, y por consiguiente, la reivindicación de la socialdemocracia de manera acrítica, como si fuera una alternativa “democrática” a los abusos y horrores que tuvieron en Stalin quizás a uno de sus peores exponentes. Esta lectura superficial […] sería la base que permite que tantas personas desde la izquierda abracen de manera acelerada las banderas de la socialdemocracia como forma de mostrar credenciales de seriedad, ignorando que son las mismas coordenadas políticas e ideológicas que permitieron la bancarrota de 1914, bancarrota que encumbró a personajes como Noske y Ebert –de recuerdo sangriento para la izquierda–, y de Schröder, Blair y el neoliberalismo. Continuar leyendo