Cuchillo y tenedor
por Claudio Aguayo B.
No se trata de exigir un paquete de medidas expropiadoras, sino de demostrar, en un plazo urgente, la capacidad de la izquierda para responder a las necesidades materiales de las clases laboriosas que protagonizaron el estallido del 18 de octubre. Juzgar a los obreros cuando se inclinan al rechazo porque tienen hambre o frío, parece más un moralismo idealista que un realismo pragmático. Sólo una izquierda que sabe mostrarse decididamente de parte de los sectores subalternos en las coyunturas de crisis capitalista puede triunfar en una situación como esta, incrementando el poder de compra y el acceso a bienes básicos de la clase trabajadora, y poniéndole límites al único sector de la sociedad que tiene –como dice el economista marxista Richard Wolff– la potestad de fijar precios y mantener la tasa de beneficio a expensas de los pobres. Continuar leyendo