El acuerdo es un paso importante y necesario (aunque no nos guste)

por Sebastián Farfán

Si asumimos que el enemigo no será aplastado, es lógico que se tenga que abrir la posibilidad de acuerdos en ciertos puntos, al menos desde las fuerzas de izquierda. Lamentablemente esto no estaba del todo claro y nos percatamos de esto en todo su alcance en el debate constituyente. Hace solo unos meses muchos veíamos con cautela la instalación de esta demanda, pero cuando tomó fuerza, fue prácticamente un consenso para todos que esto implicaba: un espacio electo democráticamente y dedicado exclusivamente a la función de redactar una nueva constitución, que tuviera un plebiscito de entrada y plebiscito de ratificación. Pocas cosas más estaban claras en relación con porcentajes, itinerarios y formas de elección. Puede que haya intelectuales que hayan planteado temas de interés, pero en forma de fuerza organizada nadie tenia claro el camino. Las pocas líneas rojas eran estas y no más. Los espacios de debate de quorum, hojas en blanco, representación y otros, no habían sido planteados con seriedad en espacios organizados masivos y desde ahí se abre una caja de pandoras de interpretaciones sobre los detalles. Puntualizo algunas de estas cosas para que tomemos en contexto lo que se firmó en el acuerdo. Prácticamente todas las líneas rojas generales fueron cruzadas ampliamente. Continuar leyendo

Apuntes para entender nuestro momento antagonista

por Nicolás Ortiz Ruiz

La indolencia del gobierno empresarial ha acelerado un proceso que ya se encontraba en ciernes, pero que explota producto ante la notable desidia del presidente y sus ministros. Quizás por simple incompetencia o por las consecuencias de una elite económica ghetizada, pero ambos gobiernos de la derecha política han sido excelentes galvanizadores de procesos socio-políticos que terminan estallando en la calle. La revuelta se inicia con los estudiantes secundarios, pero termina contagiando al resto de la ciudadanía que acumulaba malestar, pero que lo transforma en rabia cuando ve con estupor como un ministro le recomienda comprar flores, o como otro le exhorta a despertarse más temprano para pagar menos en el transporte público. Es cierto, las desigualdades vienen de mucho antes que Piñera entrara a la Moneda, pero estas se volvieron insoportables cuando las autoridades de gobierno se rieron en las caras. Continuar leyendo

Aute culture

por Carolina Olmedo Carrasco

Poco importa que el “ojo especializado” del arte agónico decrete la “obviedad” de las obras del movimiento social o ponga en cuestión su calidad de “arte contemporáneo” cuando a las imágenes y experiencias son consumidas por miles, más allá e incluso en contra de este juicio. El arte que vimos por estos días en las calles, al contrario del habitual, es aquel que siempre soñó con la revuelta e imaginó previamente cuál sería su posición frente a ella. Un arte que cimentó en años previos la imagen cultural de un país libre y justo, deseádolo desde la cotidianidad feroz de una democracia encadenada.Desde una mirada desprejuiciada, quizás no hubo nunca antes mejor momento para algunas artistas y escritores para producir obras. Expresada en imágenes significantes, disrruptivas de cualquier “normalidad” conocida, la imaginación política de la vida cotidiana no había tenido mejor oportunidad para rebelarse al status quo de las “bellas artes” en casi cincuenta años, exhibiendo su real densidad histórica y magnitud cultural. Continuar leyendo

La izquierda tras el acuerdo: recuperar la iniciativa, duplicar el trabajo

por Felipe Ramírez

…enfrentamos como clase un escenario de álgida lucha en contra de una de las oligarquías más extremas del continente, con unas fuerzas de seguridad en proceso de descomposición debido a la corrupción y a su papel como guardia de korps de los intereses del gran capital, y sin la herramienta partidaria necesaria para impulsar de manera radical la lucha con un programa que sintetizara las demandas históricas de estas dos décadas de lucha. Así, llegamos a la disputa abierta con el bloque en el poder en una condición de equilibrio precario, y no de ventaja como fue a mitad de semana, sin la capacidad de doblegar al Estado a nuestros intereses, pero con la derecha tan golpeada que debió abrir la puerta a la posibilidad de eliminar la Constitución de Jaime Guzmán. Nadie dijo que sería fácil desmontar el entramado político-institucional montado por la dictadura civil-militar, al contrario, es una tarea titánica que enfrentamos en condiciones más débiles que los pueblos hermanos que estos últimos años han transformado sus constituciones. Ante el espectáculo de reproches cruzados y renuncias, me parece que lo fundamental es que los militantes se pongan a disposición del movimiento social, y enfrentemos con entereza los duros procesos que tenemos por delante.
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Insurrección cuma, rebelión constituyente

por Claudio Aguayo

Los estudiantes universitarios se burlaban del anarquista cuma, del activista marginal, que en Argentina llamarían pibe chorro, imitando su ortografía profana y maleducada. Al mismo tiempo, los universitarios rebeldes, ilustrados en la estrategia y el juego revolucionario noventero—ahora convertidos en operadores políticos de izquierda—expulsaban de la marcha al violentista y al vándalo, figuras de lo bárbaro, de lo extranjero. El vándalo es para el estudiante progresista clasemediero y el pije radicalizado, marxista o autonomista, leninista o bakuniniano, como esos lobos encaramados al árbol que el neurótico freudiano mira aterrado, en el fondo de un sueño o en la tranquilidad de un dormitorio relativamente estabilizado por el acceso a las mercancías que lo adornan y lo hermosean. Figura al lado del mapuche como el objeto siniestro que le recuerda al sujeto chileno su fragilidad. Continuar leyendo

La impunidad como máxima institucional: a un año de la muerte de Camilo Catrillanca

por Zoe Zabala

El asesinato del Weychafe, tocó una fibra que pensábamos desaparecida entre lxs chilenxs. El día de su muerte, miles marcharon en las ciudades más importantes del país, exigiendo verdad y justicia. Las manifestaciones se prolongaron por días, dando cuenta que no callaremos ante los abusos de la policía y el silencio cómplice del gobierno. Responsabilidades políticas siempre hubo, el problema estaba en dónde y cómo direccionarlas. Hasta el día de hoy, la justicia no ha llegado por completo, manteniendo en la impunidad a un Estado que nos violenta día a día. Continuar leyendo

Decir algo de aquello que está ocurriendo ahora mientras se incendia

por A. S.

Dicen que quema. Que la destrucción provoca malestar, por un lado, que la destrucción provoca entusiasmo, del otro. Pero qué hace el fuego. Ahí callan o retroceden a las causas. Los peores, intelectuales políticos o políticos intelectuales, manifiestan precauciones con este fuego. Este fuego necesita ser controlado, escriben, dicen, no apagado, por supuesto, aunque casi. No confían, porque la confianza en aquello que llaman pueblo es literatura o ingenuidad. Continuar leyendo

Los muros de una ciudad que late

por Afshin Irani

Por nuestros muros no circula ni el dinero ni el idioma de sus ganancias; circulan nuestros deseos. A través de ellos somos capaces de sobrepasar el soliloquio de la burbuja “¿Qué estás pensando?” al que ahora respondemos “Primero, estamos pensando, y segundo, si quieres saber, fíjate en las murallas”. Los muros nos permiten reconocernos en el actuar, el proceso a través del cual quedamos atados a una identidad subjetiva y existente en el mundo.
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Las temporalidades de la coyuntura y el ciclo político que se abre

por Javier Zúñiga

Es el tiempo del volcamiento al espacio público, el trastocamiento, la puerta de entrada, la efusividad del deseo. Desde las evasiones al desborde insurreccional del 18-O, las convocatorias sin nombre, la identificación en los signos comunes de la revuelta (V. Jara, Matapacos, alienígenas, el testimonio de los muros, los monumentos arrebatados por rabias centenarias, los memes, etc.), los llamados a la huelga, la afectación a símbolos del sometimiento y asedio de la cotidianidad, como los metros, bancos, AFP y otros. Esta temporalidad no por ser espontánea, insisto, carece de racionalidad: hay una economía de la energía popular que señala una ruptura, un punto de no retorno con el pasado (de tan solo un mes atrás). Podrá bajar la intensidad de la movilización (o no), pero será muy difícil borrar la huella subjetiva de este momento, las marcas de la represión, pues conecta con procesos profundos que se han gestado por décadas.
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Terminar con la Constitución de 1980: El desafío de ir más allá de la revuelta

por Felipe Ramírez

Tenemos el desafío de transformar esta revuelta en un esfuerzo de masas que gane a corto plazo la realización de una Asamblea Constituyente; determinar los contenidos y orientaciones centrales que deseamos en la futura Constitución (Estado plurinacional, fin al carácter subsidiario del mismo y con un papel más activo en la economía, entre otros elementos) y generar los organismos de masas y políticos capaces de instalarlos como hegemónicos. Continuar leyendo