por Andrés Contreras
Como ha destacado Marta Harnecker, “el paternalismo de Estado es incompatible con el protagonismo popular”, pues es este tipo de protagonismo “en todos los espacios” lo que permite a la persona desarrollarse humanamente. No se trata de agregar lo social a lo político, sino de transformar la arquitectura actual de la democracia. Esto no se debe traducir en la participación ciudadana testimonial e instrumentalizada de los últimos años en Chile, en la que solo hay derecho a opinar, pero no a decidir; sino en construir una forma de gobierno donde se entregue progresivamente el poder a la ciudadanía. En esta línea, Lebowitz menciona la necesidad de democracia protagónica en el lugar de trabajo, democracia protagónica en los barrios, en las comunidades, en los municipios. La crítica a la centralidad del Estado y del Partido debe llevarnos a reformar la vieja idea de la planificación centralizada, donde el poder efectivo recaía en la burocracia, no para ceder ante la “anarquía capitalista”, sino para avanzar a una planificación descentralizada. Continuar leyendo →