La banalidad del bien, o de la obsesión con las sanciones internacionales
por Afshin Irani
Cuando las sanciones económicas son instrumentalizadas como armas disuasivas, estas suponen un modelo de “guerra de desgaste” que puede ser asumido por países acomodando políticas proteccionistas de emergencia, pero no por los que poseen economías dependientes del libre mercado. Como menciona Batmanghelidj, las políticas de “sanciona primero y evalúa después” generalmente terminan consumiéndose en un efecto boomerang. Efectos que, francamente, hacen pensar que quienes imponen o agitan las sanciones debiesen ser los sancionados, o que al menos nos dirige a la necesaria pregunta ¿quién sanciona a los sancionadores? No obstante su impotencia a nivel económico, hay un aspecto distinto donde las sanciones se prueban como el arma más efectiva jamás antes vista: la militarización de la cultura y la formación de bandos a nivel global. En efecto, durante febrero y lo que llevamos de marzo, asistimos a un curioso momento donde se reeditan y superponen distintas capas de imágenes y estrategias de representación, que tienen, al menos en el universo arrastrado por la OTAN, el objetivo de involucrarnos social y personalmente en el conflicto. Continuar leyendo