La banalidad del bien, o de la obsesión con las sanciones internacionales

por Afshin Irani

Cuando las sanciones económicas son instrumentalizadas como armas disuasivas, estas suponen un modelo de “guerra de desgaste” que puede ser asumido por países acomodando políticas proteccionistas de emergencia, pero no por los que poseen economías dependientes del libre mercado. Como menciona Batmanghelidj, las políticas de “sanciona primero y evalúa después” generalmente terminan consumiéndose en un efecto boomerang. Efectos que, francamente, hacen pensar que quienes imponen o agitan las sanciones debiesen ser los sancionados, o que al menos nos dirige a la necesaria pregunta ¿quién sanciona a los sancionadores? No obstante su impotencia a nivel económico, hay un aspecto distinto donde las sanciones se prueban como el arma más efectiva jamás antes vista: la militarización de la cultura y la formación de bandos a nivel global. En efecto, durante febrero y lo que llevamos de marzo, asistimos a un curioso momento donde se reeditan y superponen distintas capas de imágenes y estrategias de representación, que tienen, al menos en el universo arrastrado por la OTAN, el objetivo de involucrarnos social y personalmente en el conflicto. Continuar leyendo

Afilar la lectura crítica del pasado

por Felipe Ramírez

Probablemente el ejercicio más interesante tenga que ver con la posición “espejo” del mito estalinista: la crítica vulgar al conjunto del marxismo como una ideología autoritaria, y por consiguiente, la reivindicación de la socialdemocracia de manera acrítica, como si fuera una alternativa “democrática” a los abusos y horrores que tuvieron en Stalin quizás a uno de sus peores exponentes. Esta lectura superficial […] sería la base que permite que tantas personas desde la izquierda abracen de manera acelerada las banderas de la socialdemocracia como forma de mostrar credenciales de seriedad, ignorando que son las mismas coordenadas políticas e ideológicas que permitieron la bancarrota de 1914, bancarrota que encumbró a personajes como Noske y Ebert –de recuerdo sangriento para la izquierda–, y de Schröder, Blair y el neoliberalismo. Continuar leyendo

Manifiesto de Zimmerwald

por Leon Trotsky

Esta lucha es la lucha por la libertad, por la fraternidad de los pueblos, por el socialismo. Hay que emprender esta lucha por la paz, por la paz sin anexiones ni indemnizaciones de guerra. Pero una paz así no es posible más que con la condición de condenar todo proyecto de violación de derechos y de libertades de los pueblos. Esa paz no debe conducir ni a la ocupación de países enteros ni a las anexiones parciales. Nada de anexiones, ni reconocidas ni ocultas y mucho menos aún subordinaciones económicas que, en razón de la perdida de autonomía política que entrañan, resultan todavía más intolerables si cabe. El derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos debe ser el fundamento inquebrantable en el orden de las relaciones de nación a nación. Continuar leyendo

Para un balance de la era Piñera: una hipótesis sobre las razones de clase. 2010 – 2022

por Luis Thielemann H.

Los empresarios no son políticos, pero para peor, creen que la política es una ciencia secundaria, o más bruta, respecto de las artes necesarias para ganar y acumular capital. Hay un ejército de académicos constantemente asegurando aquello, con más poder que verdad, y cuya credibilidad fue decayendo globalmente a la par de la larga década piñerista y la crisis económica permanente de 2008 a la fecha. Es en base a esa percepción de preeminencia de la racionalidad de los negocios respecto de la ciencia y arte de la política, es que suelen confundir intencionadamente las virtudes y características ideales de ambos campos, creyendo que la actitud salvaje del apostador en los negocios, solo sería todavía más eficaz en la política. Piñera, en ese sentido, representaba ese ideal, y en sus dos gobiernos lo llevó a cabo hasta la subordinación total de la política a los negocios, al límite de destruir su propio prestigio como político. Continuar leyendo

“Exterminen a todos los salvajes”. Entrevista a Raoul Peck

Porque en un momento dado, como lo digo en la película, hay que ir al fondo de las cosas. No se puede mantener por tanto tiempo una actitud de “artista” por encima de la multitud o de científico en un laboratorio analizando fríamente las cosas. No, se trata de vidas humanas reales. Es una película sobre la vida, es una película sobre el ser humano y lo que se hace con ellos hoy día. Es importante recordar que mi lucha concierne al presente, en Francia y en otros lugares. La vemos a través de lo que ocurre en la sociedad estadounidense hoy día, así como en la francesa. Son las mismas tensiones. Y la película permite ver a través de esta niebla, a través del discurso demagógico, racista e ignorante de figuras que pueblan las redes sociales e invaden los programas de televisión profiriendo las mismas aberraciones, y que eligen ver solo la parte de la historia que les acomoda.

por Isabelle Garo (Traducción de Gabriel González Castro) Continuar leyendo

Escuela, educación y una generación particular

por Aníbal Navarrete Carrasco

La diversidad es la regla, la tradición parece sucumbir y los viejos paradigmas caen. La escuela, al igual que otras instituciones, hoy sigue siendo un espacio de disputa donde la emergencia de lo nuevo está supeditada a todo aquello que se niega desaparecer. Cuarenta años de neoliberalismo radical han calado profundamente. Por lo mismo, el desafío de hoy es mayor y transformar en práctica lo teorizado es una centralidad. Desde luego que no estamos descubriendo la pólvora, pues ya otros dijeron esto mismo mucho antes. La única diferencia es que hoy tenemos menos tiempo. Continuar leyendo

Negacionismo y libertad… ¿para qué?

por Claudio Aguayo Bórquez

La pretensión liberal de que esa historia permanezca “a distancia” del estado, como le gustaba decir a Alain Badiou en su momento, suena a una izquierda tan decepcionada del socialismo de estado soviético, que se vuelca a una retórica de la libertad de expresión cercana al freedom of speech del constitucionalismo americano, en vez de pensar las vías institucionales para derrotar la manipulación mediática y la difusión de alt-histories o fake-news de ultraderecha. Punir el negacionismo, en definitiva, es asumir que el estado es una red de aparatos en disputa y que por tanto, algunos de sus instrumentos deben ser utilizados para sofocar las resistencias ideológicas y culturales de una derecha que no actúa en pie de igualdad frente al “pueblo autónomo”, sino con el inmenso poder del capital a sus espaldas. Continuar leyendo

Tras la ruptura: hacia un cambio democrático revolucionario

por Benjamín Infante

Aun considerando la correlación de fuerzas desfavorable en términos estructurales y el programa de corte democrático popular habilitado por el pueblo, las fuerzas de cambio en Chile se debaten entre ejecutar un proyecto de revolución pasiva y eventualmente renunciar al programa instalado en la ruptura popular de octubre de 2019, o proyectar un cambio democrático de carácter revolucionario es decir, que en poco tiempo logre instituir un nuevo modo de producción de realidad, distinto al del capital, en tanto socialice en el pueblo el poder político concentrado en el Estado. Creemos que la única manera de que un proyecto político responda a la demanda refundacional del Estado y a las contradicciones de largo y corto plazo desnudadas, es realizando una verdadera revolución desde el Estado. Continuar leyendo

Guerra en Ucrania. ¿Cómo llegamos a este desastre?

por Felipe Ramírez

El convencimiento de que no existía voluntad para tomar en consideración los intereses rusos en la solución al conflicto, a pesar de que existía el compromiso desde los primeros años ‘90 de que la OTAN no cruzaría la línea “Oder-Neisse”, y el ingente apoyo militar de EE.UU. a Ucrania, que incluyó el traspaso de millones y millones de dólares en equipo, el intercambio de inteligencia entre la CIA, la NSA y las agencias ucranianas, coordinación en ciberseguridad y el entrenamiento desde 2015 de unidades de operaciones especiales ucranianas en Estados Unidos por parte de la CIA, parece que decidieron a Putin de que no existía otra opción que desarmar por la fuerza a su vecino. En este sentido, parece que la OTAN y sobre todo el gobierno ucraniano subestimaron la respuesta que Rusia podría tener en los intentos por cercarla, y Kiev sobreestimó la ayuda que podría recibir por parte de Occidente en caso de que estallara un conflicto militar. Continuar leyendo

En diálogo con González Lorca, en diálogo con González Ríos, en gira por América Latina. Reseña a “Latinoamérica es grande. La ruta internacional de los Prisioneros”

por Juan Pablo Vásquez Bustamante

En la década de los noventa los Prisioneros no solamente no volvieron a reunirse, sino que sus canciones fueron catalogadas como clásicos, desconectadas artificialmente de la realidad contingente, ubicadas como piezas de museos en los recuerdos de una época excitante pero lejana, que cuando se asoma, incomoda. La construcción discursiva, conceptual y musical de la banda, y particularmente de Jorge González, fue empujada por el pacto de la transición a un lugar de outsider. El reclamo furioso de “Muevan las industrias” y el alarido de amor con pena y rabia que llora sangre en “Estrechez de corazón”, no cabían ni en el crecimiento económico neoliberal, ni en la oleada de rock reconciliador salpicado de covers capitaneado por Los Tres. La disconformidad odiosa y movilizadora sanmiguelina de la voz en castellano de los ochenta, no calzaba con la nueva disconformidad depresiva y conforme puesta de moda en inglés y venida de Seattle. La historia se había acabado en el mundo, la democracia de los acuerdos había ganado en Chile, y Los Prisioneros, al parecer, seguían estando demasiado en discrepancia. Continuar leyendo