El sombrero en la sombra

por Jesús A. Cosamalón Aguilar

Esta no es una victoria de la democracia. Es el resultado final de dos maneras autoritarias, corruptas y absurdas de manejar el país. Por parte de Castillo, su incapacidad de ejercer un liderazgo articulado con fuerzas democráticas de centro, tentado por un lado por un partido, PL, cuyos vínculos con la corrupción son evidentes, y que pugnaba por imponer un proyecto desfasado en el tiempo: xenofóbico, socialmente conservador y sin el consenso debido. Por otro lado, un Congreso dominado por intereses absolutamente personalistas, engarzado con redes de corrupción, extremadamente conservador y que decidió vacar al presidente desde el primer día de su mandato. Continuar leyendo

Expertos y expertos, sobre la probable composición del nuevo cabildo constitucional

por Fabián Barría González

El fondo de mi argumento es manifestar lo preocupante en el diseño del órgano constituyente que hoy se discute con la designación de expertos por el congreso. Es evidente –o quizás no tanto– que ese diseño no trata sobre el rol de los expertos. Sino que trata de garantizar escaños reservados a los partidos con representación parlamentaria actualmente para asegurar el control de la conducción del nuevo proceso. Mitigar cualquier imprevisto –provocado por algún exceso democrático– como lo sería la tragedia de perder una elección. Continuar leyendo

Renuncia y cooptación: Una izquierda contra el pueblo

por Fernando Ramos

Ya sin proyecto ni alternativa de sociedad, la izquierda ha sobrevivido asegurando algunas victorias, al promoverse como la vanguardia de las políticas de la diferencia, proponiendo generar espacios inclusivos allí donde la sociedad generalmente marginara a determinados grupos sociales. Sus propuestas más conocidas pasan por asegurar cuotas o escaños reservados en los órganos de decisión. Pero, al menos en Chile, hemos llegado al extremo de la ineptitud política y pérdida de iniciativa, entregando incluso estas políticas de la diferencia a los sectores conservadores o reaccionarios de la sociedad. De este modo, los grupos de izquierda han renunciado a dotar de contenido político las reivindicaciones sociales presentes hoy en la lucha social y ya se vislumbran los resultados negativos: sectores derechistas se apropian de la conducción política de organizaciones migrantes; el feminismo liberal y transfóbico gana terreno invisibilizando las propuestas del feminismo de clase; empresas transnacionales enarbolan los colores del movimiento LBGT+, buscando vender mejor sus productos. Continuar leyendo

¿Gobiernos de una izquierda post-radical? Los ecos de Atenas 2015 en Santiago 2022

por Luis Thielemann H.

Todo eso se acabó. Prometer nuevos estallidos sociales solo da miedo a los carcamales, no a la gente seria. No se terminó de súbito, por supuesto, sino que en algún punto en el último tercio del siglo XX. De aquello se ha escrito suficiente. En cambio, de cómo se extingue ese fantasma, y no tanto en sus enemigos, sino entre sus incómodos aliados demócratas e institucionalistas, que hoy son toda la izquierda, entendemos poco. Su canto de cisne moribundo es la ausencia de alternativa de orden social y de la producción, de la vida toda, que no sean distintas versiones del capitalismo. La parálisis estratégica del gobierno chileno actual, su frivolidad y hasta ridiculez al intentar conciliar impostada radicalidad con obligada moderación, da cuenta de esos problemas más de fondo. Continuar leyendo

Interpretar 1917: más allá del concepto “Capitalismo de Estado”. Lenin, Stalin, La URSS y la modernización recuperatoria soviética (Algunas notas a partir de Robert Kurz, El colapso de la modernización, 1991)

Para el centenario de la revolución de 1917 en Rusia, retomamos a continuación bajo la forma de notas, algunos propósitos contenidos en esta obra sobre el tema de la experiencia soviética. En dicho análisis, el concepto de “capitalismo de Estado” proveniente de las oposiciones comunistas y anarquistas en el Partido bolchevique sigue siendo de los más pertinentes. Pero está unilateralmente orientado sobre los únicos debates alrededor de la manera de conducir la revolución cuando no hace más que tematizar la cuestión de la apropiación del “plusvalor”. Si ello permite pesar el rol del Estado como capitalista colectivo poniendo ideas en acción el capitalismo del Este les corresponde bien la configuración Estado-céntrica propia de la restructuración del capitalismo después de la Primera guerra mundial, no permite de todas formas de tomar de manera adecuada la realidad de lo que surgió en los países del Este, al menos en su nivel más profundo y fundamental.

por Clément Homs (Traducción de Emilio Guzmán Lagreze) Continuar leyendo

Teoría para no aculturados III. Cuestión de paralajes.

por Claudio Aguayo

En ese sentido, debemos leer a Peña como uno de los autores límite de la derecha neoliberal. Al menos, su posición auténticamente capitalista, como intelectual orgánico de la burguesía liberal chilena, nos deja ver la narrativa fantasiosa, el sueño, lo que Freud llamaría el “sentimiento oceánico” del neoliberalismo: la ilusión de que estamos mejor que antes. Al mismo tiempo, ofrece una solución loable: el Leviatán hobbesiano. Precisamente por su conocimiento, aunque sea distorsionado, de la estructura libidinal de las revoluciones, de su encadenamiento deseante, Peña fue uno de los intelectuales que, en medio de la revuelta, exigió derechamente a Sebastián Piñera que reprimiera de forma ejemplar las manifestaciones. ¿Se nos olvida que el Leviatán comienza con una descripción minuciosa del deseo, la potencia y los afectos humanos? El estado capitalista se construye sobre ese fondo de malestar. Continuar leyendo

La crisis brasileña y las elecciones de 2022

por André Flores (Traducción de Claudio Aguayo)

Si, por un lado, el bolsonarismo es la expresión del neofascismo brasileño, como movimiento reaccionario de las masas de las clases medias y la pequeña burguesía, por otro lado, el lulismo es un fenómeno neopopulista, que representa un enorme contingente de trabajadores manuales informales, correspondiente a lo que el sociólogo argentino José Nun calificó como una “masa marginal” y el economista brasileño Paul Singer como un “subproletariado”. A diferencia del bolsonarismo, que moviliza y avanza en la organización de su base social, el lulismo es, en esencia, desmovilizador: se constituye como una relación fundamentalmente electoral, de agradecimiento de los beneficiarios de las políticas sociales a los gobiernos del PT, y que se resiste a la organización y la educación política de su base social. Continuar leyendo

El 20 Congreso del Partido Comunista de China: algunas oportunidades y desafíos para Chile

por Felipe Ramírez

¿Qué tiene que ver esto con nuestro país? Hace mucho tiempo que está claro que la actual matriz productiva llegó a un tope y necesita repensarse si queremos no sólo reimpulsar el crecimiento, si no cambiar los patrones productivos y de distribución de la riqueza, de manera de terminar con su actual concentración. En ese sentido, los énfasis planteados por el PCCh en su último congreso representan una oportunidad para obtener inversiones que podrían orientarse al desarrollo de iniciativas industriales en áreas estratégicas que dejen atrás la mera exportación de recursos naturales, enfocándose en innovación, por ejemplo. Continuar leyendo

Alienación y reificación: El individuo en los límites del capital

por Luis Velarde Figueroa

Tanto el trabajador como la trabajadora no deciden sin más firmar un contrato laboral que los mantiene lejos de su casa, su familia, sus intereses, etc., sino que deben asumir esa decisión. La expresión de Marx para esto –y que Lukács torna un concepto por sí– es “bajo riesgo de ruina”. Esta es la manera en que opera la necesidad en la esfera social: requiere de la acción humana, de su decisión como acto de voluntad, mas esta no se nos presenta en un campo vacío e indeterminado, sino en un medio concreto que la condiciona, por la producción y reproducción material. Las condiciones que hacen asumir esa decisión a los individuos no consisten solo en las necesidades vitales, sino la estructura social e histórica bajo la cual están por un lado los poseedores de medios de producción y por otro quienes tienen solo su fuerza de trabajo. Esta estructura es una necesidad del funcionamiento del sistema y no una mera repartición azarosa. Continuar leyendo