Que la izquierda haya triunfado en la primera vuelta en un país desgarrado por la guerra, donde la insurgencia se suma al sangriento paramilitarismo de derecha, al narcotráfico, al crimen organizado, a la fuerte presencia estadounidense y a la brutal represión del Estado, demuestra que sí se puede vencer. Sin embargo, es claro que se requerirá aún más trabajo. Petro y Márquez ya se encuentran en ello, movilizando a quienes no votaron en esta primera vuelta y a quienes votaron por otras opciones y deseen un cambio en Colombia. Combatir la pobreza y el hambre, aumentar los impuestos a los más ricos, ampliar los planes sociales, avanzar en una transición energética, incorporar a 3 millones de personas al sistema de pensiones son algunas de sus propuestas.
por Felipe Ramírez
Imagen / Manifestación a favor de Petro y Márquez, 26 de mayo 2022, Colombia. Fuente.
Este domingo 29 de mayo el tres veces candidato presidencial Gustavo Petro hizo historia en Colombia al ganar la primera vuelta con un 40% de los votos, situándose ante la posibilidad cierta de poder transformarse en el primer presidente de izquierda de ese país. Sin duda, el logro de Petro y de Francia Márquez, candidata a vicepresidenta por el Pacto Histórico, lleva consigo la fuerza de la esperanza de décadas de lucha social y política en un país en que se ha hecho una triste costumbre el asesinato, la tortura y la desaparición de líderes sociales y políticos desde hace décadas.
Colombia es, además, un país clave del dispositivo norteamericano en nuestra región, con un sinnúmero de bases militares y una alianza clara con los políticos de derecha, conservadores, liberales y uribistas en este último tiempo, quienes se han repartido la administración del Estado por décadas. Por eso, la dupla Petro-Márquez representa con tanta fuerza no sólo las luchas históricas, sino también las demandas que fueron enarboladas en las protestas que en 2019 y 2021 sacudieron el país en un estallido muy parecido a nuestra revuelta de 2019. El exguerrillero Petro, antiguo alcalde de Bogotá, parlamentario y hoy senador, y la activista medioambiental Francia Márquez, quien podría ser la primera mujer negra en llega a la Vicepresidencia, llevan a cuestas los sueños de quienes han sido históricamente postergados.
Nada está ganado todavía. Los resultados muestran que el candidato del populismo de derecha Hernández tiene buenas posibilidades si logra sumar los votos del uribismo, que llegó en tercer lugar, y los del centroderechista Sergio Fajardo, quien salió cuarto y ya anunció su apoyo a Hernández.
Que la izquierda haya triunfado en la primera vuelta en un país desgarrado por la guerra, donde la insurgencia se suma al sangriento paramilitarismo de derecha, al narcotráfico, al crimen organizado, a la fuerte presencia estadounidense y a la brutal represión del Estado, demuestra que sí se puede vencer. Sin embargo, es claro que se requerirá aún más trabajo. Petro y Márquez ya se encuentran en ello, movilizando a quienes no votaron en esta primera vuelta y a quienes votaron por otras opciones y deseen un cambio en Colombia. Combatir la pobreza y el hambre, aumentar los impuestos a los más ricos, ampliar los planes sociales, avanzar en una transición energética, incorporar a 3 millones de personas al sistema de pensiones son algunas de sus propuestas.
El 19 de junio, Colombia deberá ir nuevamente a las urnas, con la opción de o apoyar el cambio o retornar a la derecha desde el populismo “anticorrupción” de Hernández. Muchas cosas pueden pasar en estas pocas semanas. Pero, como nunca, la esperanza en el cambio es real, y se expresa en millones de personas que se desplegarán en nuestro país hermano. Confiemos en que tengan éxito.
Activista sindical, militante de Convergencia Social, e integrante del Comité Editorial de Revista ROSA. Periodista especialista en temas internacionales, y miembro del Grupo de Estudio sobre Seguridad, Defensa y RR.II. (GESDRI).