“Nuestra organización ha elegido el camino de la lucha política basada en la movilización del pueblo y la unidad de las fuerzas patrióticas”: Entrevista a Suhad Al-Khatib (PCI)

Muchos iraquíes creen que la invasión de 2003 del país no trajo nada más que muerte, ruina, y la instalación de un sistema corrupto y etno-sectario de cuotas en el Estado que resultó en la fragmentación del país y en el desarrollo del terrorismo y las milicias armadas. El Partido Comunista se opone a la guerra y levantó la consigna “no a la guerra, no a la dictadura”, ya que la guerra y la ocupación son la peor y más destructiva opción. Nuestra organización ha elegido el camino de la lucha política basada en la movilización del pueblo y la unidad de las fuerzas patrióticas.

por Felipe Ramírez

Imagen / Suhad Al-Khatib. Gentileza del Partido Comunista de Irak.


Fundado en 1934, el Partido Comunista de Irak se transformó con el correr de los años en uno de los más fuertes y con mayor influencia en su sociedad en toda la región árabe, contando con una notable influencia en importantes organizaciones de masas de trabajadores, campesinos e intelectuales. Protagonista de importantes procesos de cambio y de lucha sociales en la sociedad iraquí, sufrió la traición y la represión de diferentes gobiernos tras la independencia, particularmente por parte de la dictadura del partido Baaz desde 1968, encabezada por Saddam Hussein a partir de 1979, debiendo pasar a la clandestinidad y la lucha armada.

La compleja relación entre los partidos nacionalistas -en sus vertientes naseristas o baazistas- y la izquierda árabe tuvo alguno de sus episodios más dramáticos en Irak, donde en varios momentos la cacería de comunistas y otros izquierdistas estuvo a la orden del día, con el objetivo de destruir la principal amenaza de que se constituyera una alternativa sólida para un Estado laico y que defendiera los intereses de las masas populares frente a los de la burocracia militar y estatal.

En un país destruido por la opresión dictatorial, la guerra contra Irán y luego por dos invasiones occidentales que sólo aumentaron la violencia, el terrorismo y el sectarismo, el Partido Comunista busca recuperar su otrora fuerte posición en el país, con un programa radical en términos sociales y patriótico ante las diversas injerencias extranjeras en sus asuntos internos.

Para conocer más al respecto, conversamos con Suhan Al-Khatib, integrante del Comité Central del Partido Comunista, dirigente sindical en la educación y activista por los derechos de las mujeres. Esto fue lo que nos contó.

En primer lugar, nos gustaría saber un poco acerca de su biografía ¿Siempre ha vivido en Najaf? ¿Cómo decidió ser una educadora?

Mi nombre es Suhad Ahmad Subhi al-Khateeb, soy integrante del Comité Central del Partido Comunista Iraquí, y presidenta de la Liga de Mujeres Iraquíes de Najaf. Soy además directora de una escuela pública, integrante del Sindicato de Profesores, y activista de derechos humanos.

Sobre mi profesión, fui animada por mis padres para transformarme en educadora, pero también amo esta profesión porque es la base para empoderar a los individuos del futuro. Sus varias habilidades académicas y cognitivas, así como su comportamiento ético, están en gran medida influenciadas por el comportamiento de sus profesores durante los largos años de su educación. Importantes científicos, inventores y políticos de la historia moderna y también del mundo antiguo fueron influidos por las experiencias educativas proporcionadas por profesores competentes y distinguidos a lo largo de sus estudios.

Cuéntanos sobre tu historia política ¿cuándo, como y por qué te uniste al PCI?

Me uní al Partido en el año 2006. Pertenezco a una familia comunista por parte de mis dos padres, y fui criada en línea con los elevados principios y la moral comunista, y fui muy influenciada por ellos. Tomé esa decisión porque es el único partido que contribuye al desarrollo del patriotismo iraquí, e incluye en sus filas a compañeros de todos los sectores que conforman el mosaico de la sociedad iraquí. Los problemas relativos a la mujer han ocupado una parte importante de su programa desde su fundación en 1934, y la posición de los comunistas está basada en una visión progresista de la mujer. Continúan además la lucha por un Estado civil y democrático, y por la justicia social, buscando terminar con la desastrosa situación que vivimos en este país.

¿Qué destacarías de tu historia como militante comunista?

Durante los años en los que he militado son los verdaderos años de mi vida, con momentos dulces y amargos. El partido ha enriquecido mi vida. Me ha permitido estar dondequiera que haya un agravio sufrido por cualquier ciudadano de mi país.

Pero de lo que estoy más orgullosa es de mi rol durante el levantamiento de octubre de 2019 en Najaf, junto a cientos de mujeres, jóvenes y hombres del movimiento de protesta. Dirigí protestas de los sindicatos y nos unimos en manifestaciones con miles de personas, contribuyendo a encender la llama del levantamiento cuando los peligros, amenazas, asesinatos y la desaparición de personas se intensificó, y aún estamos con los oprimidos y los pobres donde quiera que estén.

¿Qué nos puedes decir sobre la situación del partido durante el tiempo de la dictadura de Saddam Hussein?

Grandes golpes se dirigieron contra nuestro partido durante el tiempo de la dictadura de Saddam y su partido fascista, y nuestras organizaciones debieron desarrollar su trabajo clandestinamente dentro del país, con sus células desplegándose de forma secreta por la zona rural y el campo de Najaf manteniendo el contacto con los compañeros y el pueblo.

También se desarrolló el movimiento partisano comunista en el norte del país, en el Kurdistán iraquí, siendo una experiencia única y pionera para los comunistas de la región. Se creó en primera instancia luego del golpe fascista respaldado por la CIA de 1962, y retomó sus operaciones en 1979 y hasta 1988. La lucha armada se desarrolló siempre que los métodos pacíficos no fueron efectivos para lidiar con el régimen dictatorial, y miles de miembros del partido y simpatizantes fueron martirizados en la lucha contra la represión y la guerra, por la libertad, la democracia y la paz.

¿Cómo afectó al pueblo iraquí la invasión de EE. UU. el 2003?

Muchos iraquíes creen que la invasión de 2003 del país no trajo nada más que muerte, ruina, y la instalación de un sistema corrupto y etno-sectario de cuotas en el Estado que resultó en la fragmentación del país y en el desarrollo del terrorismo y las milicias armadas. El Partido Comunista se opone a la guerra y levantó la consigna “no a la guerra, no a la dictadura”, ya que la guerra y la ocupación son la peor y más destructiva opción. Nuestra organización ha elegido el camino de la lucha política basada en la movilización del pueblo y la unidad de las fuerzas patrióticas.

Estamos muy interesados en tu experiencia como activista por la educación ¿Qué tan importante crees que es la educación en Irak, y cuales son las principales demandas de los profesores en el país?

He trabajado en la educación como profesora y como directora, tratando de dar un buen ejemplo a todos con los que he trabajado. Lealtad en el trabajo, integridad, justicia y buenos modales con todos: es la aplicación práctica de todos los hermosos principios e ideas comunistas. Todos saben que soy del partido.

El estándar de la educación desde 2003 ha empeorado como resultado de la negligencia del Estado. Hay una falta de asignaciones financieras en los presupuestos de Irak en comparación con los grandes montos destinados a gastos militares, el desarrollo del currículum académico es ignorado, y ha aumentado el fenómeno de las escuelas y universidades privadas, que se guían por el principio de “si pagas, tienes éxito”.

Irak adolece de los mínimos estándares de calidad en la educación, Existe un retraso en el plan de estudios, que ha sido incapaz de mantenerse al día con los estándares globales, y el sistema educativo sufre además corrupción financiera y administrativa, así como interferencia política: los estudiantes y los profesores están sometidos en algunas áreas a desplazamiento forzado y hay escasez de infraestructura, con miles de escuelas construidas con escuelas construidas con barro, paja, carpas y contenedores. Un 70% de nuestras escuelas, además, no tienen agua potable o condiciones higiénicas mínimas.

En ese contexto, las principales demandas de los profesores son mantener el Ministerio de Educación fuera de las disputas sectarias de cuotas, hacer el sector educativo una de las prioridades del Estado, dirigir recursos humanos y entregar una infraestructura educacional acorde a los estándares internacionales. Además, se exige la adopción de un currículum educativo basado en los valores de la ciudadanía y el pensamiento científico, y la implementación de la ley de protección a los profesores.

En otro tema, y pensando en tu rol como activista y comunista en un país como Irak ¿cómo es tu relación con la religión?

El comunismo es un movimiento social y político revolucionario, cuya meta es la eliminación de las clases y los regímenes de opresión, persecución y de la discriminación racial, sectaria y sexual en la sociedad. El Partido Comunista de Irak incluye en sus filas a musulmanes, cristianos, yazidíes y mandeístas, y en esa línea yo respeto a todas las religiones, así como sus símbolos y rituales, y me enfoco en mi posición centrada en los pobres, los trabajadores y los oprimidos. La religión es un problema personal y yo soy una mujer secular que trabaja para separar la religión de la política.

En Chile existe la idea de que la sociedad iraquí eses muy conservadora. Por favor, cuéntanos como ha sido tu experiencia como activista en defensa de los derechos de las mujeres y cuáles son las principales demandas que levantan

Efectivamente la Sociedad iraquí es conservadora, y las mujeres luchamos por nuestros derechos y para hacer valer nuestra existencia y nuestro aporte: la mujer iraquí tiene un gran impacto en la sociedad, hay trabajadoras, granjeras, doctoras, abogadas, empleadas públicas, profesoras, ingenieras, académicas y activistas etc.

La mujer iraquí tiene una historia honorable de lucha para alcanzar sus derechos y la libertad, la democracia y la igualdad. Luchamos por la independencia económica y por una Ley de Violencia Doméstica, así como igualdad ante la ley y los salarios. Entre nuestras demandas está la participación en la vida política y en posiciones de decisión entre las autoridades judiciales, legislativas y en el Poder Ejecutivo, pero también se demanda:

  • Prohibir criminalmente el matrimonio de menores
  • Desarrollar un plan viable para implementar la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la participación de la mujer en la construcción de la paz y la resolución de conflictos
  • Proteger a la mujer y las activistas del secuestro, el arresto y el asesinato.
  • Proveer apoyo a las supervivientes de crímenes cometidos por la organización terrorista de ISIS.
  • Entregar oportunidades laborales y apoyo financiero para mujeres divorciadas, viudas y con necesidades especiales.
  • Empoderar a mujeres trabajadoras y rurales tanto económica como socialmente.
  • Perseguir judicialmente a quienes comentas los llamados “crímenes de honor”.
  • Combatir la violencia causada por las manifestaciones armadas que han proliferado como resultado de la ocupación estadounidense, el sectarismo político, el terrorismo y las milicias. Esto es especialmente importante a la luz de la impunidad de todos los crímenes cometidos contra las mujeres.

Estas demandas buscamos alcanzarlas a través de la lucha de masas, uniendo a las organizaciones democráticas, sindicatos y por los DD.HH. y de las mujeres. Se lucha para cambiar el currículum educativo, introducir conceptos de DD.HH. y sobre los derechos de las mujeres y que se los enseñe en los colegios y universidades, así como que se los difunda en los medios.

Esta lucha está íntimamente interconectada con la actual pelea para terminar el sistema etno-sectario de cuotas en el Estado, el sectarismo político y la corrupción, y para construir un Estado civil y democrático basado en el principio de la ciudadanía y los DD.HH. La mujer debe ser empoderada para ocupar la posición que merece en la arena política y social, y debemos presionar para que los tomadores de decisiones promuevan leyes que terminen con la violencia política y eliminen la legislación que viola nuestros derechos.

Fuiste candidata en las elecciones de 2018 y obtuviste un muy buen resultado a pesar de que Najaf es una ciudad muy conservadora ¿cómo se logró?

En las elecciones de ese año, a pesar de ser candidata por el PCI en Najaf al interior de la alianza “Sa’iroun”, obtuve una importante votación en una ciudad que es el asiento de una de las principales autoridades religiosas chiíes. Gané el aprecio y el respeto de los ciudadanos de Najaf y durante la campaña fui invitada por ciudadanos del campo y de las comunidades tribales donde nos recibieron calurosamente, incluyendo estudiantes, universitarios y profesores. Hubo más de 4 o 5 actos públicos diariamente en distintos lugares, y demostramos la importancia de estar cerca de las preocupaciones del pueblo, apoyando sus demandas y defendiendo sus derechos.

Hice campaña como una mujer comunista que siempre ha luchado por la causa del pueblo y sus derechos fundamentales. Incluso algunos sadristas votaron por mí en vez de por sus candidatos aprovechando que estaba en su misma lista, porque éramos los más honestos y leales a nuestro país.

Ahora represento a mi partido en Najaf, y participo en manifestaciones y actividades como una mujer civil y secular, pero tomo en cuenta y respeto las costumbres y la cultura de Najaf, y represento a las mujeres que demandan libertad, igualdad, y por trabajar junto a los hombres en la sociedad.

En esa elección el PCI participó de la alianza “Sa’iroun” ¿cómo evalúan esa experiencia?

La alianza incluía a nuestro partido, el movimiento sadrista y algunos otros grupos democráticos, y se creó en enero de 2018 como una alianza electoral trans-sectaria para unir a las fuerzas proclives a los cambios y responder a las demandas populares para terminar con el sistema político sectario y con la corrupción, abriendo el camino para una alternativa civil y democrática basada en la justicia social.

Las elecciones lamentablemente fueron nuevamente empañadas por el fraude y la manipulación por parte del “bloque gobernante” y tras ellas hubo desacuerdo dentro de Sa’iroun acerca de la formación del nuevo gobierno, así como respecto a las prioridades políticas y nuestra posición sobre ciertas iniciativas legislativas en el Parlamento.

El PCI siempre destacó su independencia política, ideológica y organizativa y continuó expresando sus propias opiniones y posiciones de forma autónoma, y cuando la rebelión popular hizo erupción el 1° de octubre de 2019. que nuestro partido apoyó completamente, y fue sangrientamente reprimida con más de 700 manifestantes asesinados y miles heridos, los dos parlamentarios comunistas entregaron su renuncia el 27 de octubre.

Esta decisión se tomó en solidaridad con el alzamiento y en contra del asesinato sistemático de manifestantes, así como la falta de una acción efectiva del Parlamento para frenar la represión, y debido a ello, el partido dejó de participar en la alianza.

Finalmente ¿cuáles crees que son los principales desafíos que enfrenta el pueblo iraquí?

Me parece que el mayor desafío es la corrupción y el sistema sectario que ha destruido el país, así como la proliferación de armas en las manos de milicias, y la intervención extranjera. A esto se suma la sistemática destrucción de la industria y la agricultura, la falta de inversión, desarrollo y planificación, así como el lamentable fracaso en todos los aspectos de la vida social, cultural, económica y política, y la falta de una rendición de cuentas por parte de los corruptos y los responsables del asesinato de manifestantes pacíficos, y el secuestro de activistas.

En ese escenario, junto con participar activamente en las protestas y luchas populares, el partido trabaja duramente para unir a las fuerzas democráticas en una gran alianza que traiga cambios radicales, y nos permita alcanzar una alternativa democrática y con justicia social.

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Activista sindical, militante de Convergencia Social, e integrante del Comité Editorial de Revista ROSA. Periodista especialista en temas internacionales, y miembro del Grupo de Estudio sobre Seguridad, Defensa y RR.II. (GESDRI).