Un helicóptero en el fondo del lago

Probablemente frente a un desenlace fatal es de suma frivolidad señalar que un millonario se desplaza en un lago de una orilla a otra en un helicóptero privado que consume decenas de litros de combustible. Frívolo sería también señalar que en una crisis climática este medio de transporte, en estas condiciones también resulta de una supina frivolidad. La RAE, para estos casos, señala que lo insustancial y veleidoso son las condiciones de la frivolidad, por ende, un comentario de estas características carece de sustancia ante estos hechos.

por Ignacio Reyes

Imagen / Muerte de Sebastián Piñera. Fuente.


Hay un helicóptero en el fondo del lago. Una aeronave de un millonario que hizo un viaje de 400 metros, un poco menos de cuatro cuadras, que yace en el fondo de un lago del sur de Chile, Lago Ranco. Ninguna noticia se tituló de este modo. No hubo comentarios públicos de esta índole en el momento del suceso, probablemente podía ser fútil, sin importancia o frívolo.

Probablemente frente a un desenlace fatal es de suma frivolidad señalar que un millonario se desplaza en un lago de una orilla a otra en un helicóptero privado que consume decenas de litros de combustible. Frívolo sería también señalar que en una crisis climática este medio de transporte, en estas condiciones también resulta de una supina frivolidad. La RAE, para estos casos, señala que lo insustancial y veleidoso son las condiciones de la frivolidad, por ende, un comentario de estas características carece de sustancia ante estos hechos.

Claramente es insustancial, en el contexto de este accidente, realizar un comentario de semejante índole, la de que los millonarios pueden cometer excentricidades y arriesgarse a tal punto de que estas conduzcan a un desenlace fatal. Los millonarios también son personas y las personas tienen conductas riesgosas. Es tan insustancial señalarlo que se vuelve imposible decirlo, quizá como el cuento del traje nuevo del emperador donde nadie podía decir que el traje era inexistente, salvo un niño.

También se dice que los niños dicen la verdad por no mediar en explicaciones y hacen afirmaciones concretas y directas. Asimismo, en los contextos de los adultos, peca de infantilismo quien se expresa de este modo, de manera directa y concreta, ya que la realidad es más compleja de lo que se tiende a suponer.

Una vez que el helicóptero encalló en el lago hubo pocas posibilidades de señalar este hecho en su inexplicable banalidad, o quizá para algunos en su intolerable banalidad. Este hecho, tal cual como el traje del emperador, provocó que la escena pública se llenara de alocuciones sobre la condición de su piloto y su trayectoria la que indudablemente era importante, pero no se recaló en la condición concreta del hecho, fue una acción –temeraria por decirlo de algún modo– de un millonario excéntrico, líder de los millonarios nacionales que incluso antes ya había aterrizado en su aeronave en una ruta vehicular de uso público, lo que probablemente había preparado a las audiencias ante este hecho de un talante inexplicable. Quizá por estas excentricidades se reciben elogios, con estas acciones se macera el talento y el liderazgo, se forma el carácter.

Actualmente no es posible señalar el hecho concreto de que hay un helicóptero en el fondo del lago, ni pensar en señalar las circunstancias por las que la aeronave reposa en ese fondo barroso. No hay responsable del suceso ni notas sobre las causas del exabrupto. Posiblemente este helicóptero en el fondo del lago moldea la imposibilidad de decir algunas cosas por su nombre de manera directa y concreta. Probablemente, estas situaciones en estos momentos es mejor rodearlas con circunloquios –incluso explicaciones como la actual son parte de ese rodeo– donde se señala la imposibilidad de identificar la frivolidad de un accidente que tiene por resultado que haya un helicóptero en el fondo del lago

Ignacio Reyes

Profesor.