La evidencia de que el actuar de la policía es peligroso, ya con las leyes actuales debiera poner en alerta a todos los poderes del estado e indicar y exigir que, sin un cambio en la formación profesional de sus reclutas y un estricto apego a la defensa de la humanidad y sus derechos, es imposible entregar mayores atribuciones de las que ya tienen. Mucho menos dar manga ancha a disparar sin tener que responsabilizarse por la vidas que puedan verse perjudicadas por su impunidad.
por Rodrigo Gahona O.
Imagen / Carabineros avanzan por la Alameda, 12 de noviembre 2021, Santiago, Chile. Fuente.
¿Necesita Carabineros de Chile, un estado garantista de su seguridad a tal nivel que pase por alto su brutalidad histórica?
En unos pocos días el fascismo, supo relativizar la brutalidad y desidia policíaca. A través de un ataque verbal cargado de odio y revanchismo supo revictimizar a la senadora Campillai. Una avanzada artera y demoledora de quienes no tan solo alimentan el negacionismo, sino que también promueven el odio y buscan la “legalidad” de la violencia de estado como forma valedera de practicar la política.
Ciertamente y a propósito de la muerte de dos funcionarios, ningún trabajador debe morir durante la realización de su trabajo y obviamente que quienes están más expuestos a peligros por la función que realizan, deben obligar a los estamentos y organismos correspondientes a brindar el máximo de seguridad en el ejercicio de su función. Sumado a la violencia verbal fascista, la semana que pasó y en la que se discutió la “ley del gatillo fácil” (Naín-Retamal) fue también la semana en que se conmemoró un año más del bestial degollamiento de los 3 profesionales comunistas ocurrido en 1985 a manos de carabineros.
No hay que ir tan lejos para recordar la violencia alevosa de la represión de Carabineros, es cosa de conocer el caso de la senadora Campillai o de Gustavo Gatica, símbolos del poder de fuego de nuestro escuadrón policíaco y más aquellos casos que todavía no se resuelven como son los 5 cadáveres de la fábrica Kayser en Renca, solo por poner ejemplos que aún están frescos en nuestra memoria.
De estos casos y de otros solo quedan funcionarios con responsabilidades individuales juzgados o en juicios, pero no hay cambios o indicios de un mejor actuar de carabineros en cuanto a control de masas y desórdenes públicos. La evidencia de que el actuar de la policía es peligroso, ya con las leyes actuales debiera poner en alerta a todos los poderes del estado e indicar y exigir que, sin un cambio en la formación profesional de sus reclutas y un estricto apego a la defensa de la humanidad y sus derechos, es imposible entregar mayores atribuciones de las que ya tienen. Mucho menos dar manga ancha a disparar sin tener que responsabilizarse por la vidas que puedan verse perjudicadas por su impunidad.
Agregar además que hay elementos que hacen dudar a la ciudadanía de la real efectividad de la policía en el combate contra el crimen real cuando nos enteramos que un funeral ligado al narcotráfico donde se exponen arsenales a vista y paciencia de todo el país se efectua sin ningún tipo de control policíaco y sin embargo una marcha o manifestación convoca a verdaderos batallones y despliegue en hombres y armas. Cabe preguntarse ¿qué estamento o dirección de la policía determina que es más criminal una manifestación social que una caravana de vehículos armados disparando al aire para despedir a algún narcotraficante caído en alguna “mexicana” o rencilla interna de quien sabe cual cartelito de cuarta de cualquiera de las poblaciones que han sido tomadas por el poder del tráfico y en donde la intervención de carabineros es menos que escasa y esporádica?.
¿Por qué como país/estado/ciudadanos debemos confiar en una policía que en su último actuar masivo no dudó en reprimir, torturar, vejar y mutilar ciudadanos, mientras dejó que el crimen y el narcotráfico se atrincherara en los núcleos más pobres del país? ¿Debemos hacer la vista gorda frente a lo expuesto que estamos a la brutalidad de los funcionarios policiales, quienes en nuestro pleno derecho asistimos a una manifestación …para -de esa forma- “creer y confiar” en el mismo estamento armado que no ha dudado jamás en balear a inocentes y que sin embargo no se atreve a hacer un control de identidad y/o decomisar armas que se lucen a plena luz del día?.
Con una policía que se niega a modernizarse, con una policía con desfalcos comprobados y otros en investigación, con una policía que tiene denuncias de abuso sexual y violación de sus propias funcionarias en contra de mandos superiores, con una policía que no sabe actuar frente al delito flagrante y que solo sabe disparar a la muchedumbre, con una policía que no garantiza la legalidad en sus procedimientos debería primar la duda más que la certeza. Y toda ley que suponga entregar o engordar impunidad debería ser analizada en esa perspectiva por nuestro poder legislativo.
Sabemos de sobra contra quienes han perpetrado sus crímenes este brazo armado estatal, la historia y los archivos están ahí y no muerden. Ojalá los legisladores y los ingeniosos del poder ejecutivo tuviesen la mirada histórica necesaria antes de dar cabida al revanchismo fascista que está detrás de este empoderamiento lleno de impunidad que quieren vendernos.
Enseñar y modernizar a la policía es imperioso, pero que esta urgencia no convoque a legalizar el far west en nuestras calles, que para eso don Sergio Leone o Sergio Corbucci ficcionaron demasiado y además ya murieron hace años.