El cambio de orden jurídico en Chile llevará al país a un cambio en el orden económico imperante, de esta forma, es posible asegurar una participación más relevante del Estado en la explotación de los recursos naturales. En conjunto con la empresa nacional del litio propuesta por Boric, es posible imaginar un país que sea dueño de su riqueza, que no se limite a ser un “regulador” de la economía, que tenga participación, que tenga la facultad de tomar decisiones al respecto, que pueda alimentar las históricas demandas de su pueblo en educación, salud, seguridad, etc.
por Valeria D.
Imagen / Mina de litio, El Loa, Chile. Fotografía de Andrew O’Brien.
El gobierno de Sebastián Piñera, a tan solo dos meses de abandonar la jefatura del Estado, ha mostrado insistencia en que la licitación del litio chileno continúe. Los contratos que materializarían la licitación entregan los derechos de explotación del “oro blanco” por 30 años, tres décadas en la que nuevamente un recurso natural y estratégico en territorio nacional sería entregado a las manos de los privados, imposibilitando al Estado extraer y añadir valor agregado a un recurso preciado.
El gobierno de Piñera se ha defendido aludiendo que la empresa que gane la licitación deberá pagar “un impuesto gigante” por flujos futuros, pero en valor presente, y desmiente que “una sola persona se lleve toda la plusvalía”.
La controversia por la licitación se desarrolla en paralelo a la realización de la Convención Constituyente, institución encargada de redactar una nueva constitución a partir de una “hoja en blanco”. Esta posibilidad de redactar una nueva Carta Magna ha abierto esperanzas en ciertos sectores de la sociedad chilena que esperan pueda asegurarse, de forma jurídica, la posesión y derecho de explotación de recursos naturales estratégicos en el mundo del siglo XXl.
El presidente electo, Gabriel Boric, y su coalición política han planteado la necesidad de la creación de una empresa nacional del litio, un organismo estatal con facultades para realizar la explotación del recurso natural y añadirle valor agregado. Una idea que los sectores reaccionarios han descartado aludiendo a supuestas incapacidades por parte del Estado de satisfacer las necesidades de la población. Al respecto, Boric señaló que “el litio es el mineral del futuro”, haciendo un llamado a repensar la lógica económica extractivista a cargo de empresas privadas.
¿Quiénes son los postulantes a dicha licitación? Se trata de cinco empresas oferentes que presentaron seis ofertas económicas. Estas son: BYD Chile, Albemarle, Cosayach Caliche, Servicio y Operaciones Mineras del Norte y SQM. Cabe destacar que una quinta parte del litio del mundo es producido por SQM. La Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) no es una empresa ajena a las controversias. SQM solía ser un fabricante estatal de fertilizantes químicos hasta que la dictadura cívico militar de Pinochet entregó su propiedad al yerno del dictador, Julio Ponce Lerou, transformándose en uno de los principales beneficiarios de las olas privatizadoras de la dictadura. En el último tiempo la empresa ha sido objeto de investigación y multas por las instituciones reguladoras chilenas y por la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos por violaciones a la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero. Ponce Lerou ya no preside la empresa debido a otros escándalos vinculados al financiamiento ilegal de partidos políticos, pero sigue siendo dueño del 30% de la firma.
¿Qué es el litio? El litio es un mineral que se encuentra en abundancia en los salares del desierto de Atacama. Es un recurso que cada día que pasa va ganando mayor importancia al ser un elemento fundamental en la construcción de baterías y en el procesamiento de medicina utilizada en el área de salud mental.
El litio es un componente esencial para el desarrollo de las baterías y, mientras las principales economías del planeta buscan alternativas para la energía convencional, la discusión sobre la explotación del litio va ganando mayor relevancia y su demanda se incrementa. El uso medicinal del litio en pacientes cuya salud mental esté comprometida se da a través de las propiedades de conducción de señales eléctricas. Estas propiedades permiten que el litio pueda ser utilizado en la elaboración y producción de medicamentos que ayuden a tratar pacientes con trastornos maníaco-depresivos.
De acuerdo a la información que se maneja acerca del litio, Chile contaría con las mayores reservas probadas de este material en el planeta. En el desierto más árido del mundo tendríamos una riqueza que, eventualmente, podría ayudar a financiar las carencias que llevaron a Chile al estallido social del 2019.
Las demandas del pueblo chileno durante la revuelta de octubre de 2019 se dan como el resultado de una acumulación histórica de indignación con las injusticias sociales que se vivían/viven en el país. Falta de acceso a la salud, educación, seguridad y un alto costo de vida en general, motivaron a las y los chilenos a manifestarse en contra de la realidad que azotaba a sus comunidades.
La respuesta institucional del gobierno y el Congreso fue dar la apertura a un proceso de discusión constitucional que culminaría con la redacción de una nueva constitución. El mecanismo escogido fue una convención constituyente con miembros elegidos por un sistema de representación paritaria de género y con escaños reservados para los pueblos originarios. Esta nueva institución democrática deberá dar la discusión sobre qué nueva Carta Magna regirá el país, empezando la discusión sobre una “hoja en blanco”.
No son pocos aquellos que piensan que esta nueva constitución podría marcar el comienzo del fin del modelo extractivista a manos de los privados. Desde la explotación del salitre hasta el cobre, los privados han tenido mayoritariamente participación en la explotación y acumulación de ganancias fruto de la actividad extractivista.
El cambio de orden jurídico en Chile llevará al país a un cambio en el orden económico imperante, de esta forma, es posible asegurar una participación más relevante del Estado en la explotación de los recursos naturales. En conjunto con la empresa nacional del litio propuesta por Boric, es posible imaginar un país que sea dueño de su riqueza, que no se limite a ser un “regulador” de la economía, que tenga participación, que tenga la facultad de tomar decisiones al respecto, que pueda alimentar las históricas demandas de su pueblo en educación, salud, seguridad, etc.
El camino no se ve fácil, el gobierno de Piñera ha demostrado su insistencia en que la licitación se lleve a cabo y ciertas voces del equipo de Boric han manifestado que no retrocederían en la licitación si esta se materializa antes del cambio de gobierno.
Por supuesto nada está escrito en piedra y, desde octubre de 2019, Chile vive un periodo donde lo inimaginable ocurre a diario. Solo nos queda cruzar los dedos y esperar que ocurra lo inimaginable: que Chile decida ser dueño de su propia riqueza.