Mujeres Cannabicas #8m Argentina, Uruguay y Chile

La mirada desde tres activistas, quienes repasan el sentido de las últimas movilizaciones feministas del Cono sur; anticipando un porvenir de nuevos y buenos  humos, cargados de una energía que comienza a ser visible, que tiene voz y rostro de mujer.

 

por Cecilia Olivera Campanella, Marcy Herrera Sander y M. Belén Riveros M.

Imagen / marcha de mujeres a favor de la legalización en Río de Janeiro, Brasil, 2014. Fuente.


 

 

 

La invisibilidad de la mujer en la Historia 

Por Cecilia Olivera Campanella – Historiadora y Mujer Cannábica en Uruguay

 

El discurso del pasado opta por contar determinados cosas hechos, protagonistas, historias,   eventos y desecha/aísla otros. Quienes han contado la historia siempre han sido los hombres; se han expuesto como figura y modelo histórico masculino, sin dejar espacio al mundo de lo femenino. Desde la construcción del conocimiento histórico siempre los hechos fueron protagonizados y escritos por los hombres, por ende la marginación de la mujer en los estudios históricos.

 

La Historia deja a las mujeres en un plano de desigualdad y no es justo; las mujeres hemos estado en el centro de cualquier comunidad social desde tiempos prehistóricos. Eliminar la carga biológica y universalista de la mujer  es romper con lo esencial, comprender que hay otra historia propia de las mujeres y que no son todas iguales dependiendo de cada comunidad social.

 

Si trasladamos estos conceptos al mundo cannábico, es obvio que se sigue reproduciendo  el modelo patriarcal donde los hombres son los que llevan adelante el proceso productivo cannábico, dejando poco o nulo espacio a las mujeres cannabicas. Esta reproducción simbólica del hombre cultivador y la mujer adquirente, es producto de una construcción histórica donde el papel de la mujer  está vinculado con las actividades domésticas. Pero sabemos que a la vieja historia le falta todavía estudiar la nueva historia, la de aquella mujer que reivindica su participación en las diferentes expresiones.

 

Las mujeres cannábicas son invisibles, más aún porque sufren una doble estigmatización: una por ser mujer y la otra por ser consumidora. Pero debemos proyectar en la capacidad de las mujeres, nosotras dejamos de ser adquirentes y pasamos a realizar nuestros propios procesos productivos al igual que los hombres.  Las mujeres cultivadoras o consumidoras rompen con los esquemas establecidos, porque no cumplen con los requisitos impuestos de lo que es femeninamente correcto y esto está condicionado por la maternidad. Las mujeres sufrimos mayor vulnerabilidad que los usuarios varones y por eso el consumo en las mujeres está vinculado al ámbito de lo privado y los varones ligado al ámbito público.

 

Lo público es lo que ha de demostrarse y lo privado es lo que ha de permanecer oculto. Las mujeres Cannabicas debemos de poner en cuestión lo rica y diversa que es la esfera de lo femenino en el ámbito público, así como el aporte que podemos hacer como protagonistas históricas de nuestras comunidades sociales. Romper con el esquema patriarcal impuesto es derribar la esfera del ocultismo y dar a conocer, en un mundo que pretende ser exclusivamente para varones, la participación de una mujer activa, que es poseedora de su propio proceso y producto, y protagonista histórica de su realidad. El rol de la mujer en el ámbito cannábico de Uruguay-Argentina-Chile es de invisibilidad. Al igual que la mujer en la historia, la mujer en el ámbito cannábico está restringida a lo privado y no accede a lo público, como si lo hace el cannábico el masculino.

 

 

 

Lucía que te quiero Lucía

Por Marcy Herrera Sander – Curadora y Trans Cannábica en Argentina

 

Semanas previas al #8M 2019 Argentina, se viralizó el hashtag #NiñasNoMadres, en referencia a Tucumán por negarle la ILE (Interrupción Legal del Embarazo) a una niña de 11 once años, que fue violada por su abuelastro. La niña, con el consentimiento de su madre, había solicitado en más de una oportunidad “que le sacaran lo que el viejo le había puesto en la panza”. Tal como lo establece el artículo 86 del Código Penal y el fallo F.A.L. de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el pedido de Lucía y de su madre para acceder a una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) era un derecho que debía ser garantizado de inmediato.

 

Para no aumentar los días de tortura de la menor de edad, y luego de que el equipo completo del hospital se negara a realizar el aborto bajo “objeción de conciencia”, les especialistas Cecilia Ousset y José Gijena realizaron la microcesárea a la niña de 11 años, violada por la pareja de su abuela y forzada a ser madre por el gobierno de la provincia de Tucumán. Un grupo de médicos y abogados antiderechos tras el fallecimiento del feto de Lucía, los acusaron de “homicidio calificado”. Por esta consigna, #NiñasNoMadres, las mujeres de argentina días anteriores al #8M subimos fotos de nuestra infancia de niñas cuando teníamos 11 años.

 

El colectivo #NiUnaMenos, que lanzó el primer llamado a la huelga de mujeres en Argentina el 19 de octubre de 2016, nos movilizó nuevamente este #8M 2019 multitudinario. En aquella oportunidad se lo llamó “Miércoles Negro”, por el hecho de que miles de mujeres vestidas de negro interrumpieron su trabajo durante una hora para pedir justicia por los femicidios, mujeres víctimas de violencia de género. Horas después, otras decenas de miles marcharon bajo la lluvia con paraguas y abrigos mayoritariamente negros en varios puntos de Argentina para cerrar una jornada de lucha que movilizó como nunca. Convocado a partir del femicidio de Lucía Pérez, en Mar del Plata. La conmoción social que generó el brutal femicidio de Lucía de 16 años drogada y violada hasta producirle un reflejo vaso vagal que la mató. Lucía conoció a sus femicidas en la puerta del colegio pues les vendían marihuana y cocaína a lxs estudiantes en la entrada de la institución. Lucía fue con sus transas a un lugar donde le convidaron sustancias, pero luego aprovechándose de su estado de vulnerabilidad la sometieron hasta causarle la muerte. Por eso la consigna fue asistir vestidas de negro.

 

 

 

Convocatoria para reunir las voces de las mujeres cannábicas alrededor del mundo

Por M°Belén Riveros M. Cannábicas Latinas de Chile

 

Sin duda, el 8 de marzo 2019 marcó un hito histórico en la lucha feminista chilena. No solo hubo amplias intervenciones sociales previas -como el cambio de las estaciones del metro por el nombre de chilenas emblemáticas-, sino que además fueron miles las personas que desde Arica a Punta Arenas salieron a expresar su descontento sobre la realidad que viven las mujeres actualmente. Desde pequeñas ciudades que usualmente no hacen muchas manifestaciones sociales, hasta grandes centros urbanos como Santiago, Valparaíso, Concepción y Temuco;  destacándose la capital nacional por las 190.000 personas movilizadas según cifras oficiales de carabineros, aunque podrían ser el doble de acuerdo a las estimaciones de las organizaciones feministas convocantes, entre estas la Coordinadora 8M.

 

Al igual que lo hicieron con la lucha cannábica, el gobierno quiso hacernos pensar que eran algunas minorías las que adherían a ésta causa, pero las miles de personas marchando demostraron lo contrario. Se sobrepasaron todas las expectativas del gobierno y de las convocantes a nivel nacional, quienes vieron saturadas las calles por una masiva concurrencia que expresaba, con carteles y fuertes gritos, las exigencias de una realidad más justa y respetuosa hacia las mujeres. Cuadras y cuadras de personas de todas las edades que mostraron la fuerza e importancia que tiene el empoderamiento femenino tras años de injusticias y subvaloración al género, como también la necesidad latente de cambios sociales que dignifiquen a la mujer en su entorno y antes los ojos del estado.

 

Entre la gran diversidad de asistentes a esta marcha, también se hicieron presentes las usuarias de cannabis, quienes en su condición de mujer no han estado exentas de los efectos que tiene el machismo en nuestra sociedad y en la cultura cannábica. Se han visto pasadas a llevar entre grupos de hombres, se han utilizados sus hipersexualizados cuerpos como herramienta de marketing, se han menospreciado sus conocimientos y subvalorados sus aportes al movimiento; situaciones que pasan en muchos contextos sociales, pero que es necesario cambiar ahora.

 

Es así que muchas mujeres cannábicas han buscado instancias para reunirse con sus pares a fin de compartir experiencias y apoyarse mutuamente, lo que quedó reflejado en varios grupos de “amigas cannábicas” que se juntaron para compartir unos buenos humos previos a la marcha y manifestarse con más ímpetu. Mujeres cannábicas, fuertes y empoderadas. La unión hace la fuerza, y pensando en ello es que RELAMUCA (Red Latinoamericana de Mujeres Cannábicas Antiprohibicionistas), REMA (Red Estatal de Mujeres Antiprohibicionistas) de España, RENFA (Rede Nacional de Feministas Antiproibicionistas) de Brasil, y Cannábicas Latinas de Chile, este año hicieron una convocatoria a nivel mundial con el fin de reunir en un video las voces de las mujeres cannábicas alrededor del mundo. La difusión llegó a múltiples países y culturas, recibiendo más de un centenar de testimonios que relatan la realidad que la mujer cannábica está viviendo en su territorio y cómo se ha visto afectada por las conductas machistas que se mantienen en su sociedad. Sin duda, este es un material pionero que dará mucho que hablar.