Socialismo o desastre ecológico: el desafío de la humanidad en el siglo XXI

Desde la izquierda la respuesta debe ser clara: debemos luchar con todas nuestras fuerzas contra esta amenaza global, que representa un nuevo estadio -más dramático aún- de la lucha de clases, apostando por superar no sólo el capitalismo depredatorio sino también la lógica del desarrollismo socialista, anclada en recetas industrialistas que triste recuerdo dejaron en la antigua URSS, y que optó por una profundización del extractivismo en los gobiernos de corte progresista en América Latina.

por Felipe Ramírez

Imagen / movilización contra el Cambio Climático, marzo, 2017.


Hay pocas dudas de que la crisis climática no sólo es una realidad[1], sino que es el principal desafío que ha enfrentado la humanidad en los últimos siglos debido a la extensión de sus efectos a escala global, y a la proyección de sus consecuencias a un rango que se extiende en el tiempo por generaciones.

Aunque aún existen discursos, sobre todo en la derecha, que defienden un negacionismo obstinado ante el tema, lo cierto es que sus efectos ya se sienten: En India la ciudad de Chennai, la sexta más grande del país con 4,6 millones de habitantes, se encuentra prácticamente sin agua[2]; en Chile llevamos una década de megasequía con dramáticos efectos en la agricultura, pueblos y ciudades[3][4], en Estados Unidos la población de California sufrió enormes incendios forestales[5] y en Groenlandia los “hielos eternos” retroceden cada vez más debido a las altas temperaturas[6].

Si bien desde hace años la comunidad científica advierte de los peligros asociados al desastre ambiental[7], hemos sido testigos de las dificultades de que gobiernos y grandes grupos económicos se comprometan activamente a tomar las medidas necesarias para enfrentar este desafío, a tal punto que incluso estándares básicos como el protocolo de Kioto han requerido grandes esfuerzos para ser firmados. La resistencia a implementar regulaciones mínimas a la actual dinámica productiva se ven especialmente graficadas en la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de Paris, a pesar de ser el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero a nivel mundial después de China[8].

El problema central es que las consecuencias las deberemos pagar no quienes son principalmente responsables -que ya están viendo alternativas para salvarse[9]-, sino el conjunto de la humanidad que debe vender su fuerza de trabajo para sobrevivir, o en su defecto autoexplotarse en un “emprendimiento” pequeño.

Seamos claros: quienes están muriendo por la sequía brutal en India que está secando decenas de embalses y arruinando a miles de familias campesinas, los que no tendrán qué beber en las grandes ciudades amenazadas por la falta de agua dulce, o que verán sus casas inundadas por el alza del nivel del mar no son el puñado de multimillonarios del mundo, sino los millones de pobres del planeta.

Los últimos 30 años demuestran que el mercado es incapaz de hacer frente a este problema; al contrario, los grandes capitales buscan aprovechar la crisis para aumentar sus ganancias. Un reportaje del New York Times advertía en abril pasado que un estudio de la Universidad de Stanford demostraba que “los países pobres perdieron mientras que los países ricos, especialmente aquellos que han acumulado muchas emisiones durante los últimos cincuenta años, se han beneficiado del cambio climático”[10], y que la brecha entre países pobres y ricos sería mucho menor sin esta crisis, que los ha perjudicado en sus esfuerzos de desarrollo.

Todas las señales indican que de aquí en adelante la situación sólo empeorará, con temperaturas globales que baten récord tras récord[11], desastres climáticos cada vez más extremos azotando las diferentes regiones del planeta con mayores costos para las sociedades y lamentablemente más beneficios para los mismos privilegiados de siempre.

Desde la izquierda la respuesta debe ser clara: debemos luchar con todas nuestras fuerzas contra esta amenaza global, que representa un nuevo estadio -más dramático aún- de la lucha de clases, apostando por superar no sólo el capitalismo depredatorio sino también la lógica del desarrollismo socialista, anclada en recetas industrialistas que triste recuerdo dejaron en la antigua URSS, y que optó por una profundización del extractivismo en los gobiernos de corte progresista en América Latina.

Pero ¿qué podemos hacer desde un país periférico y relativamente pobre como Chile, o el conjunto de los países del Cono Sur, ante un desastre de estas características?

Lo primero es poner como una prioridad la generación de un programa radical que nos permita asumir como política de Estado una lógica de sustentabilidad y desarrollo sostenible para el conjunto de la población

Para ello es posible identificar al menos 3 grandes ejes programáticos a desarrollar desde el Frente Amplio:

  • Transformar nuestra matriz productiva, comercial y energética bajo criterios de sustentabilidad y eficiencia.
  • Abandonar el carácter subsidiario del Estado y establecer una planificación nacional que coordine los esfuerzos de la sociedad en los planos económico, educacional-cultural y social.
  • Impulsar un proceso de integración regional que nos permita potenciar nuestras fortalezas y avances, coordinar esfuerzos y demandar como un actor de peso a las principales potencias mundiales un compromiso contundente respecto a la crisis.

De esta manera podemos tener un marco coherente para el desarrollo de la investigación científica, la innovación y el desarrollo desde el sistema de universidades estatales, de la inversión, la generación de iniciativas económicas impulsadas desde el Estado, el fortalecimiento de la red de parques nacionales, la orientación de la educación a los nuevos desafíos que deberán enfrentar las nuevas generaciones, entre otras muchas medidas concretas, que nos permita asumir un papel de vanguardia a nivel continental.

Estos puntos representan elementos muy iniciales de un debate global pendiente respecto a las políticas que deben implementarse desde el Estado, que deben ser combinados con un esfuerzo consciente de la izquierda para desplegarse en las distintas comunidades y actores sociales afectados por la crisis climática, para impulsar desde abajo la transformación política para impulsar los cambios necesarios.

Cualquier lucha contra la crisis climática debe partir por combatir las condiciones que la han permitido: la existencia de una sociedad estratificada en clases sociales, con el despliegue de diferentes lógicas de producción y opresión (de género, raciales o étnicas etc.) que han incentivado la depredación de nuestro planeta para el beneficio de una minoría.

Los intereses económicos ligados a la actual situación son extremadamente poderosos, al punto de que los segmentos sociales responsables de la actual situación ya están preocupados de cómo enfrentarán un eventual desastre resguardando sus posiciones de privilegio.

Para vencer –y por ende doblarle la mano a los intereses económicos más poderosos del planeta- se requerirá un esfuerzo de grandes proporciones a nivel social, político y económico, en el que deberán confluir todos los segmentos sociales (trabajadores asalariados y autoempleados, profesionales precarizados, pueblos indígenas y comunidades campesinas, pequeños y medianos empresarios) que hoy se ven especialmente perjudicados por los costos asociados a este desastre, para superarlo y construir una sociedad distinta donde la población tenga asegurada el acceso a sus derechos sociales básicos (salud, educación, vivienda) y trabaje en condiciones dignas, para luchar como una sola fuerza por nuestro futuro.

Enfrentamos la consecuencia de dos siglos de desarrollo bajo la lógica del modo de producción capitalista y el desarrollismo industrial en sus diferentes variantes, y aunque los pronósticos más negativos hablen de un desastre global apocalíptico, lo cierto es que es muy posible que la crisis se resuelva como suelen resolverse este tipo de disyuntivas históricas: con una profundización de la precarización de la vida de las masas trabajadoras del planeta, para resguardar la condición de privilegio de quienes sostienen a escala mundial el sistema económico.

La salida no es fácil ni rápida, exige sacrificios y una cohesión inédita de fuerzas sociales a escala nacional, regional y global, derribar lógicas de relación social y de producción profundamente imbuidas en la actual sociedad de clase, así como privilegios que la historia demuestra no se abandonarán por la mera buena voluntad, pero esta es una lucha que no puede esperar.

Notas

[1] Maisa Rojas “ya demostramos que existe el Cambio Climático, ahora buscaremos ver como disminuimos su impacto” http://www.uchile.cl/noticias/143129/maisa-rojas-buscaremos-ver-como-disminuimos-los-impactos

[2] Chennai water crisis: ‘We can’t do anything’ https://www.bbc.com/news/world-asia-india-48674775

[3] ¿Cómo puede enfrentar nuestro país la escasez hídrica? http://www.uchile.cl/noticias/143666/como-puede-enfrentar-nuestro-pais-la-escasez-hidrica

[4] Rodrigo Mundaca: “Petorca es el epicentro de la violación del derecho al agua” https://radio.uchile.cl/2019/02/14/rodrigo-mundaca-petorca-es-el-epicentro-de-la-violacion-del-derecho-al-agua/

[5]Las impresionantes cifras de los incendios forestales en California https://cnnespanol.cnn.com/2018/11/12/incendios-california-cifras-noviembre/

[6] El drama del deshielo de Groenlandia en una sola foto https://elpais.com/elpais/2019/06/18/ciencia/1560863265_359643.html

[7]“Lo que hay debajo” informe sobre el Cambio Climático. National Centre for Climate Restoration. https://docs.wixstatic.com/ugd/148cb0_a0d7c18a1bf64e698a9c8c8f18a42889.pdf

[8] “El Acuerdo tiene que ser con todos para que a finales de siglo alcancemos la eliminación de los gases de efecto invernadero” http://www.uchile.cl/noticias/133878/maisa-rojas-sobre-retiro-de-estados-unidos-del-acuerdo-de-paris

[9]How tech’s richest plan to save themselves after the apocalypse https://www.theguardian.com/technology/2018/jul/23/tech-industry-wealth-futurism-transhumanism-singularity?CMP=share_btn_fb

[10] “El cambio climático hace más pobres a los países pobres” https://www.nytimes.com/es/2019/04/24/desigualdad-cambio-climatico/

[11] Earth just had its hottest June on record, on track for warmest July https://www.washingtonpost.com/weather/2019/07/15/earth-just-had-its-hottest-june-record-track-warmest-july/?noredirect=on&utm_term=.327f6155e619

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Activista sindical, militante de Convergencia Social, e integrante del Comité Editorial de Revista ROSA. Periodista especialista en temas internacionales, y miembro del Grupo de Estudio sobre Seguridad, Defensa y RR.II. (GESDRI).