El retorno de la Copa del Mundo le añade fuerza al movimiento de mujeres en Argentina

A fines de enero, la jugadora Macarena Sánchez atrajo atención internacional a las condiciones del fútbol profesional femenino en Argentina. Transformándose al mismo tiempo en un caso célebre del feminismo y en víctima de violencia sexista, Sánchez demandó a su equipo, UAI Urquiza, y a la Federación después de los directores la despidieran abruptamente. Esto la dejó cesante durante el resto de la temporada y los seis meses obligatorios de tiempo de espera para la transferencia. El apoyó vino de diversas partes del dinámico movimiento feminista conectado a #NiUnaMenos, periodistas, e instituciones (incluyendo el sindicato mundial de jugadores, FIFPRO). Varias comisiones de género en los equipos que se han formado alrededor de todo el país manifesaron su apoyo al caso de Sánchez. El mes pasado, la AFA acordó pagarle a cada club alrededor de $2.700 USD al mes para subsidiar el contrado de ocho mujeres. Si las ocho jugadoras ganaran lo mismo, su salario sería alrededor de $377 USD al mes.

por Brenda Elsey

Imagen / Feministas argentinas. Foto: Tamara Zentner, para The Equalizer.


Cuando la selección nacional femenina de Argentina salga a la cancha contra Japón el 10 de junio, va a ser la primera vez que participan en un Mundial desde el 2007. Los fanáticos prefieren olvidar el desempeño que tuvieron ese año en China, en el que debutaron con un récord de 11-0 contra Alemania. Alemania terminó ganando el torneo sin goles en contra, mientras que Argentina fue eliminada en la fase de grupos después de tres derrotas consecutivas.

Durante los años que siguieron al Mundial del 2007, la Asociación del Futbol Argentino (AFA) revivió a la selección nacional femenina de vez en cuando para participar en la Copa América Femenina, el torneo continental realizado cada cuatro años que califica a los equipos sudamericanos a los Juegos Panamericanos, las Olimpiadas y el Mundial. El 2015, las argentinas fueron degradadas a “inactivas” por la FIFA, lo que significa que la federacion no había respondido a invitaciones a jugar ni convocado al equipo. Se podría decir que el equipo tocó fondo el 2016: sin DT y sin haber jugado ningún partido oficial de la FIFA, la selección fue rankeada en el número 128.

Históricamente, la brecha entre los rankings de la selección masculina y la selección femenina en Argentina ha sido una de las más amplias del fútbol mundial. A pesar del abandono de la selección femenina, hay indicios de que hay talento sin aprovechar en Argentina. En la Copa Libertadores Femenina, UAI Urquiza y River Plate obtuvieron el tercer lugar en el 2015 y el 2017 respectivamente. La existencia de estrellas como Estefanía Banini y Sole Jaimes sugiere la calidad de las jugadoras que existen aún cuando se haya desarrollado.

Después del período de inactividad, cuando al fin se convocó al equipo para jugar un partido en Uruguay en agosto del 2017, las jugadoras se encontraron con que la calendarización implicaba entrar y salir de Uruguay el mismo día del partido. En respuesta, las jugadoras de la selección nacional femenina se declararon en huelga. Las principales demandas de las jugadoras se articularon en torno a sus exiguos estipendios, la falta oportunidades para jugar, y la falta de personal como DT o entrenadores.

En ese entonces, se supondría que las jugadoras recibirían aproximadamente $8.50 USD por cada entrenamiento. Y aunque los $8.50 no alcanzaban a cubrir el transporte al campo de entrenamiento, todo ayudaba. La AFA demoró en responder, pero respondió re-contratando al anterior DT Carlos Borrello, quien había estado encargado antes del club femenino UAI Urquiza. Lentamente, los periodistas empezaron a publicar la carta que anunciaba la huelga y a escribir artículos sobre la situación. Aún así, el equipo sólo había entrenado un par de semanas al enfrentarse a la Copa América Femenina 2018.

Vale la pena mencionar que los directores de la AFA estuvieron involucrados en fraudes durante este período. Esto implicó que cualquier financiamiento reservado para las mujeres probablemente fue malversado. Además, el comportamiento fraudulento de los directores dañó la estabilidad, comunicación y solvencia de todo el fútbol argentino, y especialmente el fútbol femenino, que ya tenía muy baja prioridad.

Cuando visité el campo de entrenamiento de la AFA justo antes de la Copa América 2018, las jugadoras dijeron estar frustradas por su juego contra un equipo masculino. Algunas se quejaron de que los hombres sólo querían lastimarlas en vez de jugar contra ellas. La falta de apoyo a la cultura del fútbol femenino hace que sea difícil encontrar equipos contra los que jugar. El resto de las federaciones sudamericanas, exceptuando la brasileña, muy rara vez están interesadas en organizar amistosos, lo que ha dañado el nivel de juego de los países de la CONMEBOL.

Cuando le pregunté a Borrelo, el DT, por el estado del equipo, me aseguró que todos los problemas de la huelga del 2017 se habían resuelto. También mencionó que el equipo estaba esperando a varias de sus jugadoras clave que jugaban en el extranjero, incluyendo Banini (que estaba jugando en el Washington Spirit, en la NWSL) y Jaimes (que entonces jugaba en la liga china, y ahora juega en el Olympique de Lyon) entre otras.

Aún así, las jugadoras estaban optimistas. En la preparación para la Copa, viajé hacia y desde el campo de entrenamiento con la mediocampista Ruth “Chule” Bravo, recogiendo a las jugadoras que no tenían transporte en el camino. Bravo estaba convencida de que el equipo tendría un desempeño mejor de lo que se esperaba en el torneo.

“Francia, de verdad podríamos ir a Francia”, murmuró.

Bravo recién había obtenido el auspicio de Nike y jugaba para el equipo “profesional” de Boca Juniors, aunque también tenía una oferta pendiente de un equipo español (su actual equipo, CD Tacon). Como sospechaba, Argentina logró terminar en tercer lugar y ganó una oportunidad para ir al repechaje y clasificar al Mundial. Derrotaron a Panamá en noviembre pasado y consiguieron los pasajes.

La clasificación de la selección al Mundial 2019 estimuló la explosión de actividad en torno al futbol femenino a lo largo del pasado año. Organizaciones de base que han trabajado por décadas para cambiar la cultura del fútbol y desarrollar las ligas de niñas finalmente estaban teniendo la atención que merecían.

Las jugadoras y entrenadoras del colectivo feminista La Nuestra, que trabaja para desarrollar el fútbol para niñas en los barrios obreros marginalizados de Buenos Aires han tomado protagonismo, organizando a las jugadoras jóvenes y luchando por espacios públicos donde puedan jugar. Su grupo de hinchas desplegó un lienzo que decía “Fútbol Feminista” durante la victoria de Argentina por sobre Panamá. La fundadora, directora técnica y ex jugadora, Mónica Santino, me explicó que al ver a la selección nacional femenina durante el año pasado: “Las niñas empezaron a ver a las jugadoras como ídolas y ejemplos a seguir. Les interesa saber acerca de sus vidas. Les piden tomarse fotos con ellas”.

A fines de enero, la jugadora Macarena Sánchez atrajo atención internacional a las condiciones del fútbol profesional femenino en Argentina. Transformándose al mismo tiempo en un caso célebre del feminismo y en víctima de violencia sexista, Sánchez demandó a su equipo, UAI Urquiza, y a la Federación después de los directores la despidieran abruptamente. Esto la dejó cesante durante el resto de la temporada y los seis meses obligatorios de tiempo de espera para la transferencia.

El apoyó vino de diversas partes del dinámico movimiento feminista conectado a #NiUnaMenos, periodistas, e instituciones (incluyendo el sindicato mundial de jugadores, FIFPRO). Varias comisiones de género en los equipos que se han formado alrededor de todo el país manifesaron su apoyo al caso de Sánchez. El mes pasado, la AFA acordó pagarle a cada club alrededor de $2.700 USD al mes para subsidiar el contrado de ocho mujeres. Si las ocho jugadoras ganaran lo mismo, su salario sería alrededor de $377 USD al mes.

Le pregunté a la arquera Gaby Garton, quien ha jugado en UAI Urquiza y es seleccionada nacional, por la recepción de esta decisión por parte de las jugadoras.

“Estamos emocionadas, pero también cautelosas, ya que hay sólo ocho contratos por equipo”, dijo. “La cantidad que está pagando la AFA es mínima, pero, considerando que ahora mismo las jugadoras no ganan nada, es una clara mejora. Pienso que es un buen punto de partida”.

Los simpatizantes de base también recibieron el anuncio con un grado de ambivalencia. Después de años de considerar que el fútbol femenino era un espacio carente del consumismo desenfrenado y cosificación de los cuerpos de la clase trabajadora, organizadoras como Santino se preocupan de que el fútbol profesional femenino imite las peores partes del fútbol masculino.

“La preocupación es que las jugadoras mujeres se están relacionando en el modelo del fútbol masculino, que caza el talento y deja de lado los valores del deporte”, dijo Santino. “Nos preocupa que las lecciones que hemos aprendido juntas y el empoderamiento que hemos creado se subordine a la victoria por sobre todo y que en ese proceso se deje de valorar a las jugadoras como personas”.

Es difícil controlar las expectativas con el Mundial tan cera. El entusiasmo de las jugadoras es contagioso cuando comparten el momento en que reciben sus camisetas y láminas de Panini, y ven los emocionantes videos promocionales por primera vez. “Dijeron que no iba a ser nadie, ahora me dicen felicitaciones… “, dicen en Twitter.

A pesar de quedar en un grupo difícil, debutando contra la tradicionalmente fuerte selección de Japón, seguido de Escocia e Inglaterra, las mujeres argentinas están impávidas.

“Como deportista, poder competir contra las mejores jugadoras del mundo es algo con lo que muchas hemos soñado”, dijo Garton.

Argentina pudo comprobar el nivel de la competencia este año en el torneo inaugural de la Copa de las Naciones en Australia. Si la Copa fue indicativa de algo, pasar la fase de grupos en Francia va a ser un camino difícil para Argentina. El equipo perdió sus tres partidos y no pudo anotar un gol contra Australia, Corea del Sur y Nueva Zelanda. Tuvieron un mejor desempeño en los cuatro amistosos que jugaron contra equipos universitarios en Estados Unidos en abril. Borrello ha dicho que va a concentrarse en reforzar su estrategia defensiva y perfeccionar las fortalezas individuales de las jugadoras para cerrar la brecha con los otros equipos.

Durante el Mundial, podemos esperar un apoyo superficial de las dirigencias tradicionales del fútbol. El actual presidente de la AFA, Claudio Tapia, indicó que va a priorizar el fútbol femenino dados los acontecimientos de este año. Sin embargo, eso se va a complicar dado que la CONMEBOL calendarizó la Copa América masculina durante el Mundial Femenino, incluyendo una final en el mismo día, 7 de julio (que también es la fecha de la final de la Copa de Oro de la CONCACAF).

La CONMEBOL se rehusó a cambiar las fechas del torneo masculino a pesar de las peticiones, creando con ello una competencia por la atención de los medios, la transmisión y el apoyo de los hinchas. Aún hay falta de respeto institucional por el fútbol femenino, pero, si los últimos dos años son un indicio de algo, las jugadoras argentinas están preparadas para enfrentar al sexismo donde sea y cuando sea. Más aún, independientemente de si los hinchas tradicionales siguen a este equipo, ya se han ganado a toda una nueva generación en casa.

 

*este artículo fue publicado originalmente en inglés en The Equalizer. Fue traducido especialmente para revista ROSA por Pablo Contreras K.
Brenda Elsey
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Profesora asociada de historia y codirectora del programa de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de la Universidad Hofstra. Es la autora de Futbolera: A History of Women and Sports in Latin America junto a Joshua Nadel (University of Texas press, 2019), Football and the Boundaries of History junto a Stanislao Pugliese (Palgrave, 2016), y Citizens and Sportsmen: Fútbol and Politics in Twentieth Century Chile (University of Texas, 2011). Ha escrito para The GuardianSports’ Illustrated y The New Republic. Es coanimadora del podcast semanal sobre deporte y feminismo Burn It All Down, y su cuenta de twitter es @politicultura.

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Licenciado y magíster en filosofía por la Universidad de Chile y candidato a doctor en psicología cognitiva por Cornell University. Integrante del Comité Editorial de Revista ROSA.